Cancer

two

dedicado a alexiarodas01 ❤❤

I wish

Harry
Deseo que mis padres dejen de pelearse, deseo que mi hermana vaya a la universidad, deseo ver a mi mamá sonreír y que sea de verdad, deseo que mi papá vuelva llevarme a practicar fútbol todos los domingos, deseo que mi hermana me moleste como acostumbraba hacerlo hace un tiempo. Deseo volver a salir con mis amigos y reír hasta olvidar mi nombre, deseo comer las galletas de chocolate de la madre de Cooper, deseo hacer locuras que desde antes de realizarlas ya conozco las consecuencias. Deseo ir al colegio. Deseo llegar a casa y encontrar un hogar para reconfortarme. Deseo que la vida me devuelva la felicidad que me ha arrebatado a mí y a los que se encuentran a mi lado.

Soplé la vela como si mis anhelos se fuesen a cumplir. Sin embargo cuando abro mis ojos la realidad cae tal avalancha sobre mí, dejando todos esos deseos bajo un montón de nieve.

—¡Feliz cumpleaños, Harry!—exclamaron los presentes en la habitación. Fingí una sonrisa como agradecimiento por el esfuerzo que ponían para por lo menos pase un buen cumpleaños número veintitrés.

Me era imposible disfrutar de mi pastel debido a la tensión en la habitación. Bailey, mi hermana, se encontraba en una esquina mientras miraba un punto fijo sin el menor sentido. Conocía perfectamente esa mirada; se sentía terriblemente triste y no quería echarse a llorar.

Si en un pasado mis padres llegaron a ser felices hoy simplemente es una evocación. Separados física y psicológicamente, no se dignaban a dirigirse ni siquiera una mirada. Y me sentía culpable por aquello.

Todo en mi vida había sido una dicha hasta que el análisis de sangre dio positivo a una leucemia aguda. Los hoteles en el Caribe o en la nieve habían sido reemplazados por internaciones en el hospital, las vacaciones fueron cambiadas por sesiones de quimioterapia, y los lujos por medicamentos. Hoy, en lugar de celebrar mi cumpleaños riendo con mis amigos y familia debo estar acostado en una cama de hospital cuestionándome a mi mismo que mierda estamos intentando festejar.

—¿Te gustó tu pastel, bebé? Bailey ha colaborado en su preparación—comentó mi mamá para romper el incómodo silencio.

Pero antes de poder contestar mi padre lo hace. Sin conectar su cerebro con su lengua, por supuesto.

—Y a pesar de que recibiste ayuda, te salió para la mierda.

Simplemente cerré los ojos, e intenté ignorar la discusión que se aproximaba. Como desearía poder desatender a la mierda de realidad y que esta desaparezca.

(...)

—Son sólo unos días, señor Tomlinson. Comprenda por favor, somos un hospital público y el único en Doncaster.

—¡Mierda pero no es posible!

Froté mis ojos para sacar las lagañas. La discusión entre el doctor y un tal "Tomlinson" me había despertado; a mi y a mi curiosidad.

Como pude me hube levantar y caminé arrastrando los pies, para mi suerte la puerta estaba entreabierta. Así que puse husmear.

Sin embargo, mi atención al chisme era totalmente nula. El muchacho de cautivantes ojos azules acaparó todo mi interés, en este momento me es imposible describir tal esplendor que irradian. Si alguna vez llegué a dudar de la existencia de Dios no volvería a hacerlo nunca. ¿Quién sino podría crear semejante perfección en una persona entonces?