Ya era la hora de comer y como habíamos acordado, Julia se acercó a buscarnos al aula de castigados.
-¿Ey que tal castigada? - me preguntó Julia con una sonrisa en la cara.
-Podría haber sido peor con este ser extraño en mi misma clase. - respondí señalando a Hobi. - ¿Os conocéis de antes? Es que es la primera vez que vengo al instituto como tal, y aunque reconozco algunas caras, nadie sabe de mi.
-Si bueno, yo llevo aquí en Dinamarca desde que tenía tres años, y vine de Suecia después de que mi padre muriera en un tiroteo. Nada del otro mundo, ya sabes. Y bueno, el último deseo de mi padre era que me trajeran a este pueblo aún no entiendo demasiado el porqué. - contestó Hobi agarrándome por la espalda. - Julia llegó aquí cuando tenia 7 años. ¿Me equivoco? - dijo preguntando a Julia.
-Si bueno, llevo aquí desde los siete años. Me trajeron aquí después de probar en varias casas de acogida, porque siempre escapaba de ellas. Y si, no hace falta que lo preguntes, no soy huérfana, simplemente no conozco a mis padres. - dejó ir Julia. En acabar empezó a mirar al suelo, y esa sonrisa que tenía en la cara segundos antes desapareció. - En fin.. Vamos a comer mejor, tengo mucha hambre. - Respondió recuperando su sonrisa mientras se tocaba la barriga.
En apenas unos minutos había descubierto muchas cosas que no tenían sentido, o quizás si, no acababa de entenderlo. Empecé a repasar en mi mente todos aquellos acontecimientos. Hobi, es koreano, y mientras estaba en Suecia su padre falleció en un tiroteo. En ningún momento ha hablado de su madre, así que quizás ella vive aquí y por eso su padre le mandó a esta ciudad sin que él supiera nada. Pero su padre falleció en un tiroteo.. Quizás estaba en el lugar en un momento inadecuado, o quizás le perseguía alguien.
Estaba tan metida en mis pensamientos que no me dí cuenta de que me estaban llamando los chicos para decirme que ya habíamos llegado al comedor. Desde fuera parecía un salón pequeño, pero al entrar me di cuenta de que era todo lo contrario. Era enorme para la cantidad de alumnos que eramos en el centro.
-Shiva, vamos a por algo de comer y después si te apetece vamos a la colina que hay ahí detrás para que podamos hablar más tranquilos. - Dijo Julia.
Hablar más tranquilos. Nadie iba a venir a hablar conmigo, y tampoco con ellos estando yo cerca. Nos acercamos a unas mujeres que estaban sirviendo la comida. Había dos menús, uno que llevaba pan, pollo, y algo de caldo, un caldo que olía delicioso, y un plátano. El segundo era vegetariano totalmente, una ensalada, unos raviolis de espinacas, una bebidah y una manzana. Me apetecía una manzana y algo de pasta y pollo, pero estaba en diferentes menús así que me acerqué a preguntar si se podían combinar los platos.
-No. ¿No ves niña que son menús distintos? Estos jóvenes... - dijo murmurando la mujer.
-No. Clara, vas a ponerle pollo, la pasta y su manzana. - dijo mirándola a los ojos. - Si no me equivoco, y no suelo hacerlo, no te gustaría perder tu puesto de trabajo. Aquí ella es nueva y le vas a servir lo que te pida, verdad? - contestó con una mirada amenazadora Julia.
-Julia, este año las cosas van a ser diferentes. Dile a la guapita de tu amiga que escoja un solo plato.
-¿Cuanto va a costar que entres en razón, Clara?- le respondió Julia apoyando sus manos sobre el mostrador y echando hacia adelante su cuerpo.
-Tres entradas para las carpas de este fin de semana y dos bebidas gratis. - susurro la mujer.
-Que sea una, y no correrá la voz de lo que tienes con nuestro director. ¿Que te parece, guapita? - contesté mirándola de forma amenazadora.
-Hecho, pero esto no sale de aquí niñatos. - contestó Clara mientras me servía mi plato de pasta y pollo. - ahora largo.
Hobi y Julia se quedaron sin palabras. Quizás yo no había ido al instituto nunca pero el director me encargaba una docena de conejos al mes, con tan mala suerte que los pillé besuqueándose encima de su mesa el día de la entrega. Aún así, Julia me había sorprendido. Aquella chica sabía como tratar con la gente, aunque hiciera el papel de niña buena, era robusta y amenazadora cuando abría la boca.
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Era cuestión de tiempo
Teen FictionNunca supe lo que era querer a alguien y es que me crié sola en un bosque. 10 años después he empezado a entender las cosas, a relacionar sucesos que me parecían absurdos en mi búsqueda, a saber la verdad. Todos esos años me enseñaron a entender a l...