Querido diario:
Hoy Camila encontró mi diario debajo de mi almohada, creo que debo cambiarte de lugar. Me había metido a bañar, pues era nuestro día libre. Al salir del baño la mire contigo en sus pequeñas manos y vi sus ojos brillar tristemente.
«¿Podrías leerme esta página?» susurro con su voz un poco quebrada mientras señalaba una de tus páginas.
Internamente agradecí el haberme acostumbrado a cambiarme en el baño pues hubiera sido un poco vergonzoso leerte de esa manera. Ok, sabes todo de mí, pero una cosa es que te lea en ese estado.
«Está bien» me senté junto a ella.
Leí la fecha que quería que le leyera y sentí como mi respiración me faltaba. ¿Por qué quería que le leyera esto? Levante la vista hacia su rostro y vi una mueca tímida. Trague saliva notoriamente y comencé a leer.
“Puedo verla a lo lejos, sonríe tiernamente, sonríe como si nada le molestara. Esta bromeando con Dinah. Yo debería estar en su lugar, yo debería ser a quien le toma las manos para que la deje hablar.
Esa debería ser yo.
Pero tuve miedo.
Me aterre al pensar que ella podría estar enamorada de mí, me aterre al imaginar que es lo que dirían de nosotras. Me aterre al descubrir que me decían lesbiana. Me aterre y ahora ya no sonríe para mí.
Recuerdo cuando sonreía nerviosa al darse cuenta que la descubría observándome fijamente mientras cantaba, o cuando simplemente hablaba y ella no apartaba sus ojos de mí. La sensación de tranquilidad, de paz que me transmitía era única.
Recuerdo cuando buscaba hasta la más mínima oportunidad para estar a mi lado, para abrazarme o simplemente tomarme y ese toque se sentía tan cálido, se sentía tan correcto.
Pero lo eche a perder.
¡Maldito miedo!
¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? ¿Por qué no puedo acercarme a ella, sujetar su rostro y por fin probar sus labios? ¿Por qué no puedo tomarla de la mano frente a todos? ¿Por qué la sociedad no puede aceptar que sí, estoy enamorada de una mujer? ¿Por qué?
Odio llorar por esto, odio estar alejada de todas, encerrada en mi propio mundo, pero no soporto ver como Camila hace bromas con las demás y a mí solo me trata lo justo y necesario por el grupo.
Sé que fue mi culpa, sé que fui yo quien le pidió que se mantuviera alejada, que dejara de mirarme de esa manera. Sé que fui yo quien le grito asustada que no era una maldita lesbiana y ahora sé que soy yo quien está perdidamente enamorada de ella.
El terror me cegó, el miedo me hizo perder la cabeza, la impotencia de tener sentimientos tan fuertes por alguien que apenas conocía me desquicio. ¿Cómo iba a explicarle a mis padres que me gustaba una chica? ¿Cómo iba a pedirle permiso a mi madre para preparar una cita a la chica que me traía loca en el patio trasero y que nos dejaran la casa a solas?
La veo casi llorar de la risa, mientras mis lágrimas son de dolor. Cierro mi libro, me levanto de mi asiento, puedo sentir las miradas de todos en mi pero yo tengo el rostro oculto entre mi cabello.
«¿Estas bien Lolo?» pregunta Ally.
Como desearía poder decirle que si o en todo caso, decir que no y que al menos ella me reconfortara, pero no lo hago. Nunca me ha gustado que alguien me vea débil. No me gusta sentirme frágil.
«Sí, solo tengo un poco de sueño» y sin más camino en dirección a los bunks.
Me deje caer sobre el pequeño colchón con la vista al techo. Mis lágrimas caían ahora con toda libertad.
Yo la amaba, lo hacía de verdad. Desde mucho antes de aceptarlo, desde la primera vez que la vi nerviosa en el boot-camp, desde que me sonrió, desde que hizo que mi corazón latiera frenético. O cuando su mano se acoplo a la mía y aun éramos unas completas extrañas que solo conocíamos nuestros nombres.
Por eso tuve miedo, porque desde un principio supe que ella me haría hacer cualquier cosa sin que me lo pidiera, por eso protegí mi corazón lastimándola. Por eso fui una estúpida.
«Lolo» la voz de Dinah estaba del otro lado de la cortina.
No conteste esperando que con mi silencio creyera que dormía.
«Sabes perfectamente que sé que no estas dormida» ella era inteligente.
Pase la manda de mi sudadera por mis ojos y mejillas intentando quitar las lágrimas. Respire profundo un par de veces para luego soltar todo el aire de mis pulmones y abrir la cortina. Ella no espero invitación alguna.
Simplemente se adentró en mi bunk haciendo que estuviéramos apretadas.
Muchos pensaran que entre Dinah y yo a veces no nos soportamos, pero en realidad es todo lo contrario, después de Camila ella es la más cercana a mí. Ella es quien sabe lo que siento por esa pequeña de ojos cafés, y también sabe cuándo muero de celos que este a su lado.
«Lo siento Lolo» me abrazo.
No dije nada, no quería decir nada. Simplemente me deje abrazar hundiendo mi rostro lleno de lágrimas en su pecho. Necesitaba un soporte o iba a morir de tantos sentimientos.
«Sé que ella te ama también Lauren» susurro mientras acariciaba mi cabello intentando hacer que mis sollozos se acabaran «solo que está muy lastimada» solloce más, tenía razón «cuando te paraste para venir aquí, ella se preocupó. Pero aprendió a ser orgullosa, creo que tuvo una gran maestra en eso» era cierto. Yo la había enseñado a ser orgullosa.”
No pude continuar, mis sollozos me lo impedían, leer esto era recordar en carne propia lo que había sentido en ese tiempo, sentir que mi mundo se derrumbaba. Vivía el sueño que cualquiera pudiera tener, pero no tenía al amor de mi vida junto a mí. Sentía como mi corazón se estrujaba. Realmente dolía recordar todo eso.
Levante la vista, encontrándome con ese mirar chocolate destrozado. Sus sollozos eran silenciosos pero igual de intensos que los míos. Podía ver su dolor, podía sentirlo. Era nuestro dolor. Ella sufría y yo sufría con ella, era nuestro dolor.
Te solté diario y me abrace a ella.
Hundí mi rostro en su cuello, apretándola lo más posible en mí… Ella era mi todo, era mi luz, mi sol, mi vida, mi vivir… ella, yo con ella lo tenía todo, si Camila estaba a mi lado yo podía con todo y todos. Ella era mi fuerza, era mi otra mitad.
«Te amo Lolo» sollozo contra mi oído.
«Te amo Camz, te amo, perdón por tardarme tanto en darme cuenta… perdón» me encogía más en ella.
Ella sufrió tanto o más que yo por mi maldito miedo, ella tuvo noches en vela llorando por mi maldita causa. No soy nadie para merecerla, pero la amo, la amo tanto que incluso llega a doler. Le amo como la flor ama al sol cuando llega la primavera después de un frio invierno. Le amo como un niño ama a su madre cuando la ve por primera vez al nacer, la amo de la manera más pura y sincera que hare lo que este en mis manos para hacerla feliz cada día de mi vida.
«Aliviare todo el dolor que alguna vez te cause» susurre saliendo de mi lugar favorito solo para verla directamente a los ojos.
«Lo aliviaste cuando por fin me dijiste te amo y tiraste la venda de mis ojos» susurro antes de besarme.
Este beso sabia a dolor y amor, a decepción y esperanza. Este beso era nuevo, este beso era una esperanza.
Realmente no sé cómo vayan a ir las cosas de ahora en adelante con nuestra carrera, no sé cómo lo tomaran los productores, o los managers, pero la verdad me importa poco. Tengo el apoyo de mis padres, mis hermanos, mis amigas, mis hermanas del grupo. Pero sobre todo, tengo a Camila conmigo y mientras estemos juntas. Estoy segura que podremos contra todo y todos.
Esta es tu última página, tienes mi historia escrita en ti. Sé que la cuidaras bien, ahora pasaras a manos de Camila, aunque estoy segura que ella me pedirá que sea yo quien te lea para ella y lo hare. Porque la amo y por ella hago lo que sea.
Lolo.
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El Diario de Lauren. -23.10.13
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