BAJO LAS CADENAS DEL AMOR

CUANDO DICE "NO" ¿ES: SI ?

Quiero hacer referencia a la expresión que se oye muy a menudo de: Cuando una mujer dice no, quiere decir si.

La expresión tiene buenas razones de fundamento pero esta mal explicada o mal entendida y voy a decir por qué, -desde mi punto de vista, naturalmente- lo que se quiere decir, es que, no se puede entender como una mujer puede decir, no; con palabras, cuando su actitud, la expresión de su rostro y el despliegue de todas sus armas de seducción, están diciendo, sí.

Esto forma parte del encanto que tiene la mujer que la hace única, tan única que no existe un patrón que podamos seguir para entenderla, mucho menos para llegar a seducirla, sin que podamos comprender que: La seducción es propiedad exclusiva de la mujer, la gran alfarera y los hombres solo somos el barro que ella moldea a su medida.

Si hay hombres que se diferencian un poco de los demás, no porque sean unos conquistadores consumados, -pues no existe esa clase de hombres cuando de por medio se encuentra una mujer- sino porque tienen más facilidad de palabra y más decisión a la hora de enfrentarlas y eso gusta a las mujeres y por esa razón les dejan hacer y luego creer que han hecho una conquista en toda regla, pero en realidad no es más que un cambio de estrategia, motivada por la manera directa en que han sido abordadas pero en el fondo, las cosas siguen estando a su favor y son ellas quienes conquistan, dejándose conquistar.

Y de entenderla, nos lo muestra el párrafo anterior que es mejor dejarlo correr porque ese hecho tan simple en apariencia, no está al alcance de los hombrescomunes y corrientes y en asunto de mujeres. Así que... Mejor será tener la fiesta en paz y olvidando el tratar de entender su manera de proceder, demostrando que también son inteligentes,y se dejan seducir.

Otra técnica de propiedad exclusiva de la mujer, es la forma de desplegar sus armas de seducción. Las muy inteligentes -y en esta materia, todas lo son- te llevan a su terreno como "sin querer queriendo" y una vez has entrado hasta el fondo en su red, te hacen creer con su actitud, que has sido tú quien las ha hecho caer rendidas a tus pies, alimentándote el ego y haciéndote creer que como conquistador, el gran Giacomo Casanova solo fue un aprendiz y presumido principiante, porque de eso y más, tú sí que sabes.

Luego hay otra clase de mujeres, las que, dada nuestra ignorancia, tildamos de poco inteligentes, apreciación que en poco tiempo y ante lo que revelan los hechos, tenemos que cambia por: Las que están tan sobradas de inteligencia, que saben sin la más mínima duda lo que quieren y el valor que tienen sus encantos, y este solo hecho, es la prueba madre de que inteligentes, todas lo son y el que no se les valore como tal, es una arma más que pueden usar con acierto en su porfía con nosotros, los hombres; "el sexo fuerte".

Esa clase de mujer a la que hago referencia, es la que te muestra lo que tiene, dándote a entender que puedes conseguirlo, pero que cuando...como buen matador; te lanzas a concluir la faena, te encuentras con que...estabas equivocado, teniendo entonces que... guardando tu espada toledana, pensar que has olvidado la técnica ancestral de interpretación de señales de humo y sin más, de nuevo dar comienzo a la faena, que a esas alturas es ya un reto personal.

Total que...y para no hacer el cuento más largo, terminas convertido en un: "Perrito faldero" y de conquistador has pasado a ser una mascota, sin más voluntad que la que determine tu ama, esa mujer a la que creíste que podías conquistar, sin que puedas comprender que: Según sean las circunstancias: Los pájaros sí le tiran a las escopetas.

Ya para terminar, cierro este razonamiento diciendo que: Con todo y lo difícil que puede ser llegar a entender a las mujeres, ¿qué sería de este mundo sin ellas? Para mí que un desierto y los desiertos no presentan condiciones óptimas de vida y como no podemos vivir sin ellas y vivir en el desierto no sería lo más recomendable, lo mejor que podemos hacer para mantener la cordura y ser felices, es: Olvidados de prejuicios y aprensiones, amarlas hasta donde nos alcance el aliento y la vida y disfrutar de lo que ellas en su inmensa sabiduría, tengan a bien regalarnos. Todo lo demás, no importa si así nos podemos sentir: Felices y que caray: Un poco conquistadores.