Llegó el momento que tanto temia.
Se fue.
Se marchó y se llevó con el una parte de mi.
Quisiera volver el tiempo y congelarlo en el instante en que sabía que no lo vería más.
Sólo me bastó en decirle "ya no te voy a ver más" para que el me dijera que no me preocupara, que nos volveríamos a ver y me abrazo, me abrazo y supe que tal vez esa sería la ultima vez que lo abrazaba, que le besaria la mejilla y que me mirase con esos ojos que solamente esos, al mirarme, hacen que se me pare todo al rededor. Así que lo abrace como si fuese la ultima vez que lo vería.
Nos separamos y fue por sus cosas.
La última imagen que tengo de el es, haciendo gestos con las manos, diciéndome adiós. Yo le sonreía, solo que por dentro se me rompia más el corazón con cada paso que daba. Y ahí fue, ahí fue cuando lo vi salir por la puerta de espaldas. Y se marchó. Llevándose con el una parte de mi corazón, una parte de mi vida, una parte de mi.
Sólo quiero pensar que este no es un adiós, si no, un hasta pronto.
Si es que algún día lo vuelvo a ver. Si es que el destino tiene ganas de encontranos. Vaya jugarreta del destino encontrarnos una vez, hasta que esas veces se volvieran predecibles. Sólo le digo al señor destino,fue un gusto jugar con usted, y espero que el juego no haya terminado. Porque yo quiero seguir jugando, este juego de a tres. Esto queda en manos del destino.
No se si lo vere, quien sabe tal vez mañana, tal vez en meses, años, en otra vida quizás. Lo único que se, es que no me perdería por nada la oportunidad de volver a mirarme en esos ojos.
Sólo espero que no me olvide.
Yo no lo haré.
