Si bien junto a mi amigo, Tomás, éramos bien movidos, jamás visitamos picás de Plaza Italia para abajo.
Un día después de una solemne seguimos a las cabras de la u, quiénes querían ir a ver a sus ex compañeras del colegio. Llegamos a metro República, dónde estaba la UNAB y la UDLA, ambas universidades llenas de peloláis y weones fachos.
Cuando ya eran cerca de las siete de la tarde, y después de acostumbrarse a Espacio Harvard en Bellavista, sentarse a tomar en Kaos y Springfield, deja mucho qué desear.
A pesar de lo rasca que eran esos lugares, eran justo lo que necesitaba alguien que vende marihuana...
¿acaso soy weon?
Durante esa semana visitamos todos los días después de las clases, a las amigas de los compañeras de Universidad. Yo tenía la mentalidad de mover como nunca la Marihuana ahí, sin embargo, la tarde del miércoles mientras descansábamos afuera del patio de comidas del Santa Isabel, sentados en la plaza, se nos acercó un weon todo roñoso a ofrecernos "Porros".
¿Quién podría aceptarle a ese sujeto tales productos de dudosa procedencia? La respuesta era peor que la formulación de mi pregunta. Y es que vender porros a mil, estaba más que regalado.
Mi negocio no caía ahí... ¿alguien podría recomendarme lugares?*
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Sí perrito, esta historia será interactiva.
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Las aventuras del hombre marihuana [Abril]
HumorSigue junto a Pedro las aventuras del típico marihuanero.