Liar

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Protect me, protect me

Capítulo 2: Liar

Después de abandonar Baker Street, John se dirigió directamente al hospital donde actualmente trabajaba. Creía que empaparse de trabajo y estrés serían el remedio perfecto para eludir las imágenes de los sucesos del día anterior y aquellos sentimientos encontrados entre felicidad, placer, dolor y culpa. Finalmente Sherlock siempre estuvo vivo ¡VIVO! No importaban ya cuantos meses (o años) de terapia había tenido que recibir, sin ninguna duda él había regresado. Recordar que hacía solo unas horas habían unidos sus cuerpos en una sola armonía, tan acertada y perfecta como las melodías que emite su violín. Sin embargo, devota y amable estaba Mary, la mujer que él había escogido como compañera de su vida, aquella que lo mantuvo a flote cuando todos los demás se habían rendido y lo habían dejado solo. Mary fue quien devolvió a John las ganas de vivir, por lo que él decidió agradecerle ofreciéndole su propia vida, una nueva para los dos, una que deje atrás todos los fantasmas del pasado que quería enterrar para siempre. No obstante, sabía que dentro de su corazón el único espacio que había ya estaba ocupado por aquel detective consultor, aquel arrogante y fanfarrón hombre de ojos azules y cabello rizado, el que nunca se equivocaba, el "friki" en Scotland Yard, el loco de los balazos en la pared que jamás ayuda en los quehaceres domésticos. Ese bastardo maravilloso y tan amado. El corazón del doctor se llamaría Sherlock Holmes para siempre.

John llegó a casa de Mary bastante tarde, lo suficiente como para no tener que verla ni hablarle, o al menos, tener la siempre creíble excusa de "Me voy a dormir, me siento muy cansado", la cual utilizaba luego de darse alguna inexplicable escapada para estar solo, perdido en sus recuerdos. Al ver a la mujer dormida e imperturbable se sintió como el peor farsante del planeta. Había engañado a su futura esposa con el amor de su vida. ¡Vaya que sonaba a telenovela!, pensó. Decidió vestirse el pijama e ir a dormir nuevamente al sofá, era lo mejor, tenía miedo que ella despertase e intentara pedirle explicaciones, o por el contrario, abrazarlo, besarlo e intentar hacer el amor con él, lo cual era bastante peor puesto que ya no se sentía en la capacidad de desearla, ya que lo único que su cuerpo ansiaba era tener a Sherlock cerca suyo nuevamente.

Al día siguiente, el doctor se levantó mucho más temprano de lo usual, tomó un austero desayuno y decidió partir antes de que Mary se despertara nuevamente. Sin embargo, estando a punto de cerrar la puerta, ella lo detuvo.

John...te oí llegar anoche – dijo ella, en un tono calmado pero serio – te pusiste el pijama y dormiste OTRA VEZ en el sofá de la sala, después de desaparecer un día entero sin comunicación alguna. Y ahora pretendes irte al hospital sin siquiera despedirte.

(John se aclaró la garganta y tragó un poco de saliva. Había sido descubierto) Lo que sucede es que dejé el celular en silencioso, después se apagó, aparentemente tenía poca batería – mintió John, ya que fue él quien lo apagó luego que dejara de timbrar – Y bueno como sabes...no tengo cargador o algo similar en el hospital, así que decidí continuar el día, el cual estuvo bastante ocupado. Al llegar, te vi dormida tan plácidamente que temí despertarte y preferí dormir en el sofá – La pequeña mentira había sonado bastante convincente.

(Mary miró a John a los ojos, con algo de duda) Comprendo, entonces ¿Te gustaría explicarme que hacías antes de ayer durante toda la tarde, hasta el día siguiente? ¿Qué eran esos asuntos importantes que tuviste que atender?

Bueno... - John pensó que al menos debía contarle parte de lo ocurrido – Decidí conversar con Sherlock y encontrarle una explicación a todo esto...tu sabes, el falso suicidio, su regresó, lo que ocurrió...necesitaba verle y aclarar las cosas. Después de eso me quedé en mi habitación, ya era tarde para venir aquí o llamar.

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