Capítulo 4

118 19 10
                                    

Nunca en mi vida mi corazón había latido asi de rápido ni cuando hacia deporte en la escuela estaba así. Mis piernas tiemblan y mi estomago se contrae haciendo que quiera vomitar, no me dejan pensar razonablemente.

Ver a Kelly retorciéndose en el suelo con la mirada puesta a lo lejos y Josh gritando a causa de su mano sangrando, es espeluznante.

¿Qué podría hacer? ¿Salir corriendo a pedir ayuda? ¿Ayudarlos a calmarse? ¿O desmayarme?

—Kel-ly, ¿q-qué tienes? —tengo un nudo en la garganta que no me deja hablar bien. Mis amigos están sufriendo y no puedo hacer nada para calmarlos.

Mi niña Kelly esta tendida en el piso gritando y llorando. Y mi niño Josh gritando.

— ¿Josh? —mis ojos están cristalizados no me permiten ver bien a mi alrededor.

—M-mi mano —hace una mueca de dolor—. Arde, mucho. ¡Argh!

—Me están asustando —digo en un sollozo tratando de comprender.

—Solo hay que irnos de aquí. Rápido —vuelve su vista a Kelly que aún sigue tirada en el suelo, ya más calmada. Ahora solo mira un punto fijo en el techo, sus gritos y llanto han parado.

—P-pero.

—¡Apresúrate! Hay que sacar a Kelly de aquí. —suelta un gemido de dolor— Mi mano me arde y mucho solo quiero salir de aquí, he irme de una buena vez. 

Hago caso a sus palabras y trato de levantar junto con Josh a mi amiga que aun yace en el suelo. Sus ojos están perdidos, solo hay vacío, un vacío escalofriante.

Está muy mal.

La levantamos con toda la fuerza que tenemos, pero por alguna extraña razón ella pesa más, como si una fuerza atrajera a su pequeño cuerpo al suelo y nos impidiera sacarla de aquí.

—¿Anne, dónde está la puerta? — detengo el paso al escuchar las palabras de Josh.

—Ahí está —señalo la puerta blanca de madera que se encuentra frente a mi.

—¿Dónde? —pregunta.

—¿Qué no la ves?, está justo en frente de ti — la puerta es muy llamativa pero él parece no verla— ¿Acaso estas ciego? ¿No la ves?

—No hay ninguna puerta, solo hay muros.

—No es hora de bromas, mejor vamos. Kelly está mal, hay que llevarla con sus padres.

Suelto a Kelly, y la dejo con Josh para abrir la puerta, él solo se queda mirando hacia mi dirección sin moverse. Ruedo los ojos ante su inminente comportamiento.

Cuando estoy a solo unos pasos de alcanzar la puerta desaparece.

—¿¡Pero qué es esto!? —exclamo enojada.

—Te dije que no había puerta.

—P-pero yo la vi. La puerta estaba a unos cuantos pasos de mí y simplemente desapareció. Es imposible.

—Chicos —un hilo de voz sale de los labios de Kelly.

—¡Kelly! —Josh la deja sobre el piso y yo me apresuro a estar a su lado.

—No se preocupen, ya estoy mejor. Es solo que había arañas a mi alrededor y me estaban acorralando.

—¿Arañas? —la miro frunciendo el ceño— No había ninguna araña a tu alrededor.

—Había arañas acorralándome y ustedes no hacían nada. Estaban parados en frente riendo. Creí que eran mis amigos.

—Somos tus amigos, y nunca nos reiriamos de tí.

JUEGO MORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora