Capítulo 3

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El broche rosado de Kelly quedo echo un desastre por la fuerza que le fue aplicada. 

—Tu broche esta arruinado.

— No importa, total hay más en el mundo—lo aprieta entre sus manos para después lanzarlo. Un broche que le había regalado en su cumpleaños. 

Eso dolió.

Nota mental, nunca volver a darle un regalo que me cueste media vida. NUNCA.

—Bien, hay que entrar. 

Fui la primera en poner un pie dentro. Al entrar me percate de que la casa se estaba cayendo, literalmente.

La madera se estaba pudriendo y un olor a humedad me invadió, habían trozos de madera por el suelo, paredes agrietadas y mucho polvo.

Josh fue el siguiente en entrar.

—Vaya. Si que este lugar es horrible.

—No te quejes. —dije.

Kelly por su parte aun estaba fuera debatiendo entre entrar o no.

No era la misma. Su expresión era diferente. Como si tuviera miedo de romper una regla, pero ella es Kelly y no le importa romper reglas.

—¿Qué esperas Kelly?— preguntó Josh pero ella no respondió. 

—Vamos no tengas miedo. Es mentira todo lo que se dice sobre la señora que vivió aquí.  No te espantes.

—Esta bien.

Dio el primer paso nerviosa como su estuviera meditando sus acciones.

Cerro la puerta de un portazo para que nadie nos viera dentro. Podíamos meternos en serios problemas si alguien nos viese aquí.

Dudo mucho que hayan escuchado la puerta cerrarse, la casa más cercana esta 200 metros de aquí y precisamente es la de mi abuelo. 

Una vez que la puerta se cierre, el juego comienza.

Avanzo con pasos decididos, es la primera vez que jugábamos en un lugar diferente y eso me causaba nervios. 

—¿Quién cuenta? —pregunte, no hubo respuesta—. ¿Zapatito blanco?

—No, deja a un lado eso de Zapatito Blanco.  Josh  contará. Si es tan bueno, que nos demuestre lo que sabe hacer.

 —Soy buenísimo amiga mía. 

—Demuéstralo.

—Bien. —ambos estrecharon sus manos. Muy amigos estos niños.

De los años que Molly vivió aquí nunca entre a su casa. Siempre me espantaba esa niña, pero su madre la regañaba para que no lo hiciese. 

Abro paso entre la madera caída, a pesar del estado en el que se encuentra la casa es buena para jugar. Bueno eso creó.

Aún no anochese, todavía esta el tenue sol, lo que significa que mamá aún no regresa. 

Hoy debo volver rápido a casa para que me cuente lo que le dijeron los "investigadores" como ella llamo a los policías que siempre traen comida en la boca.

Moriría por ver a mi abuelo una vez más, la última vez que lo hice llevaba sus gruesas gafas y un abrigo marrón con una bufanda roja que yo misma teji. 

Amo tanto a mi abuelo.

—¡Anne!

—¿Qué paso?

—Te he hablado más de cinco veces y no me contestas. ¿En qué piensas?

—¡Ah!, en nada, en nada. ¿Qué me decías?

JUEGO MORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora