Caminaba por senderos perdidos porque a su parecer aquel era el único sitio donde se encontraba.
Cantaba tan alto allí que los pájaros parecían de repente tener prisa por su migración, como si algo les inquietara...
Conocía el desorden tan bien que sus pensamientos parecían burlarse de él de una forma perfectamente organizada, como partículas que crean cristales puros.
Pensaba en cosas que descolocaban su armonía, aquella de la que huía.
Vivía andando hacía detrás porque sus progresos iban en contra del de los demás.
Sentía vibraciones que todos parecían notar, mientras que esa era la mentira que más se contaba.
Liberaba los males encontrando cosas que nadie sabía.
Caminaba por senderos perdidos porque eso era su cabeza, un cuerpo huyendo de la realidad.