Sherlock se acababa de despertar, lo que de primeras podía parecer raro pues el detective con domicilio en la calle Baker apenas dormía, pero esa mañana estaba metido en su cama y llevaba puestos aún los pantalones que recordaba haber usado el día anterior.
Intentó hacer memoria para saber como había acabado en su cama. Durante la semana había estado siguiendo la pista de un estafador muy escurridizo que hizo que ayer John y él tuvieran que llevar su cuerpo al límite persiguiéndole por las calles de Londres. Después de eso habían cogido comida china para llevar y habían acabado descansando en los sillones de Baker Street, junto a la chimenea. Sherlock supuso que se habría quedado dormido en su sillón aún vestido y John le había llevado hasta la cama, una sonrisa se asomó en su rostro al pensar en John preocupándose de que no se hiciera daño en la espalda al dormir y llevándole a la cama.
Habían pasado tres meses desde que John volvió a vivir a Baker Street, su relación crecía poco a poco, no habían puesto ninguna etiqueta a lo que había entre ellos pero la confianza crecía cada día más, así como los pequeños besos, abrazos y caricias que se daban el uno al otro. Resolvían casos juntos y Sherlock intentaba comprar leche con más frecuencia porque había descubierto que eso provocaba en John una sonrisa y por qué no decirlo, también un pequeño sentimiento de orgullo porque sabía que la única razón por la que Sherlock compraba leche era para que la pudiera utilizar en su té.
Así que eran las diez de la mañana de un domingo y Sherlock estaba entre las blancas sábanas de su cama empezando a sentir frío porque no llevaba nada cubriéndole el torso, se levantó y cogiendo su bata salió al salón buscando algo más de calor del que hacía en su habitación y algo con lo que entretenerse durante el día, pero en el salón se encontró a John, que había encendido la chimenea y preparado algo de té para desayunar.
- Buenos días, Sherlock- le saludó acercándole una de las dos tazas de té que había sobre la mesa.
-Buenos días, gracias- aunque Sherlock raramente desayunaba estaba aprendiendo, sobre todo gracias a John, a valorar los esfuerzos que hacían los demás por él y además el té le ayudaría a entrar en calor - Anoche...- comenzó Sherlock, buscando las palabra para lo que intentaba decir.
- ¿Sí?- le animó John
- ¿Me quedé dormido en el sillón no?-
- Ajá-
- Pero...esta mañana...estaba en-
-Te llevé a la cama- le interrumpió John ya que veía que al detective le estaba costando un poco expresarse -No quería que te hicieras daño por una mala postura así que te lleve a tu habitación y te metí en la cama, te quite la camisa porque pensé que descansarías mejor, espero que no te moleste- dijo la última frase sonrojándose y bajando la mirada al suelo.
-No, no, no me molesta, es...gracias John- consiguió decir finalmente Sherlock -Es...bonito que me llevaras, gracias
- Es lo mínimo que podía hacer, después de haber estado toda la tarde corriendo por Londres- John le miró divertido acordándose de esa tarde pues a pesar de haber estado corriendo tras un criminal había disfrutado mucho de su compañía -Estabas tan cansado, te quedaste dormido casi de golpe, con los palillos aún en la mano, no podía dejarte ahí- terminó de contestarle mientras le sonreía.
Sherlock se sentó en el sofá al lado del doctor y le depositó un casto beso en la mejilla, John le miró y sonrió, él siempre estaba dispuesto tanto a dar como a recibir cariño de Sherlock pero no se dejaba llevar porque no sabía como le sentaría a su compañero.
Aprovechando que Sherlock había iniciado el contacto John posó la mano derecha en su mejilla, acariciándole con el dedo pulgar mientras le miraba a los ojos y parecía que los ojos de Sherlock tuvieran más profundidad que nunca.
-John - le llamó Sherlock, casi en un susurro - sé que no soy el mejor en estas cosas pero desde que estamos en una relación te contienes para no besarme, para no acariciarme, para no tener más contacto físico del necesario y creo que es porque piensas que yo no quiero que lo hagas, y no es así, normalmente repelo el contacto físico, es innecesario. Pero no contigo John, quiero que me beses todo lo que quieras, quiero que me acaricies, que me abraces, quiero...que vayamos descubriendo nuestros cuerpos poco a poco John...no quiero que reprimas más las ganas de tocar mi piel, porque yo también tengo ganas de sentir la tuya bajo mis manos, pero, me costará John, todo esto es nuevo para mí-
- Oh, Sherlock- el médico le estaba mirando sorprendido, pero gratamente, y sonrió - eso es fantástico, ¡vaya, no me lo esperaba! - la mano de John que antes estaba en la mejilla de Sherlock ahora estaba entre las manos del detective, en su regazo. John la subió y con sus dedos trazó el perímetro de la boca de Sherlock para después acercarse a él y poner los labios junto a los suyos, rozándolos primero y luego besándolos con una ligera presión.
- ¿Entonces no te importa que vallamos despacio?-
- Claro que no, lo único que me importa es tu felicidad, haremos las cosas con las que estés cómodo; si es acariciarnos las manos, la cara; si es abrazarnos; besarnos; si quieres descubrir el resto de nuestros cuerpos de una forma apacible y tranquila; si quieres pasar a más. Sea lo que sea estará bien Sherlock, porque te quiero, así que siéntete libre de hacer lo que quieras sin ninguna presión, podemos simplemente estar abrazados todo el día-
- ¿Me quieres?-
- Te quiero-
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Keep you warm
RomanceDiferentes one shoot independientes basados en la serie Sherlock de BBC.