CAPITULO I
El VIAJERO
Habían pasado años, un siglo para ser exacto, su alma y sus manos manchadas de sangre están, aunque él intenta ocultarlo. Viaja por la vida sin rumbo, no obstante su mirada denota su horrendo destino, pero ahora busca algo más sagrado, la esencia pura del llamado "amor" que es tan huidizo como su propio ser.
Él, la percibe cerca como aquella rosa que yace entre sus dedos y mientras acaricia sus pétalos, el aroma que emana de aquella delicada flor le invita a seguir buscándola...¡sin importar el tiempo!
Las imágenes de un avión precipitándose al océano y ella saliendo despedida de aquella máquina infernal, provocaban que despertara con el rostro desencajado gritando como si le sacaran las entrañas. Ese horrible sueño se suscitaba no tan seguido pero no por ello dejaba de molestarla. Jennifer se frotaba la cabeza y la sacudía como queriendo olvidar aquella triste pesadilla. Este sueño era consecuencia del trauma que le produjo la pérdida de su familia en un accidente de aviación, quedando totalmente sola, siendo criada desde entonces por una anciana tía.
Habían pasado treinta y cinco largos años. Jennifer era una mujer de estatura alta, cabellos castaños con risos, que jugueteaban alegremente creando un marco ondulante sobre su rostro blanco y redondo.
Saltó de la cama como si tuviera resortes en los pies. Tenía muchas cosas que hacer. El reloj marcaba las diez de la mañana y como siempre era su hora preferida para levantarse; la pequeña empresa que había emprendido le iba muy bien, el ser su propia jefa tenía sus recompensas como el levantarse a esas horas. Se lavó y vistió rápidamente; elaboraría algunos presupuestos y los enviaría por email, antes de verse con Fabricio su novio a las; 3:30 pm; como habían acordado antes de que él volviese al trabajo; abrió la puerta principal de su departamento, bajó por el ascensor mientras tarareaba la música de fondo y se perdió en la compleja calle manejando su auto.
–"¡Bendito tráfico!"–murmuraba molesta e inquieta, mientras tocaba la bocina del auto con insistencia.
Después de estacionarse caminó hacia el lugar donde Fabricio debía esperarla. Las calles del centro de la ciudad no habían cambiado por completo. La ciudad de Lima fría y húmeda le traía a la memoria muchos recuerdos; cuando de niña jugueteaba pisando los charcos que la garua dibujaba con capricho sobre la dura vereda, mientras sus padres la regañaban suavemente. Involuntariamente despertó de sus acaramelados recuerdos al tropezar con otra persona.
–¡Disculpe usted!– exclamó Jennifer, avergonzada.
– No se preocupe –contestó con cortesìa, el caballero.
Las miradas se cruzaron. Ella quedó sorprendida por el especial rostro que poseía aquel desconocido. Parece un ángel, pensó con ligereza.
Prosiguió su camino a la pequeña y cálida cafetería adornada por dentro con cuadros de artistas Norteamericanos de la década de los años 50. Sentado junto a una ventana, Fabricio la vio venir, levantó la mano y luego señaló su reloj de muñeca e hizo un ademán de molestia, ella le sonrió como quien se disculpa de la tardanza.
–¡Hola amor!... espero que estés bien, le dijo con dulzura.
El mozo trajo dos cafés tan negros como los ojos de Fabricio. El aroma seducía su olfato bebió un sorbo y se deleitó al saborearlo, conversaron un poco de todo hasta que ella le interrumpió ansiosa.

ESTÁS LEYENDO
MACABRA ...¡VERDAD!
Mistério / SuspenseMacabra...¡Verdad! El doctor Steven Breken y el ex convicto Spencer ingresan a una vieja taberna conocido como el "Tugurio", tratando de disipar sus problemas personales, sin presagiar que sus vidas están a punto de cambiar, con sólo escuchar las m...