MACABRA...¡VERDAD! - La Sombra

373 1 0
                                    

                                                                       LA SOMBRA

Era ya de noche y sola frente a la ventana de mi pequeña casa, contemplaba la hermosa campiña,  mientras el viento fresco corría por mi rostro y revoloteaba mis lacios cabello. Trataba de que mis recuerdos felices me llevaran lo más lejos posible de este lugar; sólo de esta manera el miedo y el dolor se desvanecería por completo, logrando descansar por unos segundos de aquellos sentimientos que me consumían. De repente me distrajo aquella sombra solitaria que caminaba por el prado: la observaba aparecer y desaparecer con el claro oscuro de los árboles. Llevaba meses deambulando por el exterior de mi casa. Al principio su presencia me asustó, pero al pasar  los días parecía que la sombra se escondía de la gente.

Había sacado  mis conclusiones de que aquella silueta oscura era la de un hombre al parecer joven, de porte atlético, pero su llegada seguía siendo un completo misterio.

El tiempo discurría dejando caer las hojas a la llegada del invierno. Había logrado que aquella misteriosa sombra tenga un trato tácito  conmigo y con mis pequeñas hijas.

Mas él no ingresaría a mi hogar y ellas no  lo molestarían ni indagarían por su llegada.

–“¡Sólo es una sombra perdida!” –me repetía, incesantemente.

Recuerdo cómo fue el primer encuentro con ese extraño ser. Era un caluroso día de enero. La vida en el campo fluía con lentitud. Las niñas se alistaban para ir a la escuela muy de mañana, como siempre las despedía desde el umbral de la puerta principal. Las veía perderse por el serpenteante camino bajando la colina que estaba matizado de abundante  vegetación, cuyo color me  indicaba que la esperanza estaba siempre cerca a mí. El pueblo donde se situaba la escuela se encontraba a siete minutos de distancia de mi hogar,el pintoresco pueblecito con casitas  de color ocre , tejados a doble agua, poseía una plazuela central y alrededor de ella una iglesia pequeña se erguía orgullosa. Llevábamos pocos años viviendo cerca de este lugar, conocido exactamente como “Pueblo Viejo”. Felizmente los pueblerinos siempre habían sido gentiles con nosotras sobre todo con mis hijas, Hayde con su carita de rasgos muy finos, los ojos color café y cabellos lacios acababa de cumplir sus doce años, poseía una personalidad reservada en contraste con mi pequeña hija Lucy, quien con sus ocho años de edad sonreía de una manera tan pícara logrando conquistar  los corazones de los aldeanos en especial el de Don Julio quien era un amable señor, de setenta años de edad, quien siempre al verlas  le obsequia pequeñas cosas como caramelos o frutas mientras le dice alegremente –¡sean felices niñas! …¡disfruten de la vida!..  terminaba exclamando

–¡me recuerdan tanto a mis hijos cuando eran niños!.

Como todos los días, ellas,  al llegar a la última curva del camino que lleva a la escuela, voltean el  rostro en dirección hacia mí, moviendo las manitos acompasadas con el vaivén del viento para despedirse con  dulces sonrisas, esas que refrescan el alma y me hacían sentir  satisfecha de mi labor en el hogar,

Les correspondí el saludo adicionándoles un beso que sólo el aire como buen mensajero haría llegar a su destino.

–¡Espero que tengan un buen día! –exclamé alegremente.

Al cerrar la puerta me esperaban la cotidianas labores del hogar lavar platos, ropa, limpiar los cuartos, preparar la comida, ordeñar a las vacas y con ella elaborar el queso que vendería en el pequeño pueblo; con este trabajo no ganaba mucho en contraste con el sueldo de abogada que percibía en la gran ciudad, pero era lo suficiente para vivir cómodamente.

De repente mientras tendía la cama sentí que alguien me observaba. Esa extraña sensación que  empieza como un cosquilleo en la nuca, gire la cabeza rápidamente no había nada seguí extendiendo la sábanas para cubrir el amplio colchón de dos plazas donde yo dormía, de repente la misma sensación el mismo reflejo de voltear rápidamente y no encontrar nada más que la fría y húmeda pared.

MACABRA ...¡VERDAD!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora