Cap. 1 Es mi propiedad

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Sus padres se habían ido de vacaciones hace algunos días, por ende tenían un mes solos. En el cual él debía cuidar de su hermana menor, se llevaban por dos años, lo cual era incómodo en algunas ocasiones, como lo era en este caso.

Y así comenzaba el día, con ella despeinada en la mañana. Oyendo la música que su hermano había puesto algo fuerte, como odiaba que pusiera Primus tan fuerte al comenzar el día. Relame sus labios y su cara de disgusto por el sabor amargo no tarda en hacerse notar, por ende corre al cuarto de baño. A darse una ducha, y luego lavarse los dientes, era sábado y sí. Ambos estaban despiertos relativamente temprano ya que, hacían diversas cosas. Siendo las diez de la mañana, él por su lado. Disfrutaba de hacer ejercicio con la música fuerte, y mantener una buena alimentación, mientras que ella salía con su novio, ya sea al cine o ha comer algo rico a algún restaurante.

Y así es como ella sale del baño, tan solo con la toalla rodeando su cuerpo manteniendo el cabello con las gotas de agua cayendo por su cuerpo, se sorprende al girar en la esquina del pasillo, cuando choca con el cuerpo fornido y algo sudado de su hermano.

-Mh, procura tener más cuidado por dónde vas, por favor.

Él solo atina a sonreír, de manera coqueta y algo provocadora.

-¿Vas a salir pequeña?

Susurra de forma suave, mientras pasa un mechón de cabello detrás de su oreja, notando como la piel se le erizaba, probablemente por el frío y lo que dijo.

-Sí, ya sabes. Los sábados son para estar con Demián.

Se encoje de hombros, restándole importancia, a lo que él asiente rodando los ojos. Sus músculos se tensan, no quería por nada del mundo que saliera con ese chico. No quería que él pusiera sus manos sobre el cuerpo de ella tampoco.

-Mamá me dijo que hoy comenzaba el trato, por ende. Deberás quedarte conmigo, ya sabes. Día y noche de hermanos.

Le guiña el ojo derecho, con una pequeña sonrisa pasando por su lado, de manera lenta. Haciendo que sienta su aroma al instante, tan masculino y con un ligero toque a chocolate y un suave aroma a cigarrillo. Lo cual no era para nada molesto, es más. Hasta sensual se le hacía aquello.
Bufando un poco, decide ir a su habitación a ponerse ropa y cancelar la salida de su novio, porque o sino sabría que su mamá se enteraría por boca de su hermano que el trato no se cumplió, por ende uno de ellos debería irse por dos años.
El trato era el siguiente, como solían llevarse tan mal, los padres le propusieron que ellos se irían por un mes, en ese mes tienen que tratar de llevarse bien. Solo así ninguno de ambos se iría a Japón con su Tía, de lo contrario debería irse, y el que quede ahí deberá vivir solo y costearse su propio estilo de vida, ya que el hogar lo pagarían sus padres. Hace dos días se habían ido, y a él ya le había llegado un mensaje de su madre diciendo que desde ese día comenzaba el trato.

Ya con un short negro puesto, al igual que su sudadera ancha, que le llegaba a los muslos. Tapando su short, baja a tomar desayuno. Al ver a su hermano ya sentado, se sienta frente a él notando que el desayuno ya estaba listo, al parecer eran waffles con salsa de arándanos.

-Vaya, no sabía que se te daba tan bien cocinar, hermanito.

Comenta quitando el resto de comida al tenedor, muerde su labio eliminando el rastro de salsa de este.

-Bueno, la cosa comienza así. Hoy, nuestra primera fiesta, organizada por ambos, invitando a nuestras respectivas parejas, sin nada de peleas, al igual que algunos amigos. Ya sabes, debemos ir de compras juntos y comer algo de camino.
Órdenes de mamá, solo dijo que no dejáramos tan sucio.

Deja el celular en su bolsillo y se dispone a ver cómo su hermana terminaba su desayuno, se le hacía tan atractiva la manera en como esta comía. Sin duda a ninguna mujer la había visto comer de aquella manera tan sexy.

-Estoy lista, ¿ya podemos ir de compras?

Pregunta impaciente, a lo que él asiente y ambos salen de la casa, entrando al auto. Diez minutos de camino y llegan al supermercado, se bajan y él le entrega la lista con cosas que ella debe buscar por su cuenta, mientras él busca alcohol y carne.
Se separa y cada quien por su lado, fue así hasta que ella ya llevando una cesta con algunas cosas, dobla en el pasillo de los snacks. Encontrando a su hermano ligando con una rubia, de uno sesenta de altura, tacones aguja, la cual no dejaba de menear sus senos de un lado a otro provocando al chico. Se adelanta y la choca, haciendo que tropiece con sus propios pies y caiga.

-Ups, deberías probar con zapatos bajos. Así no te caes de la nada, nena.

Lo dice pasando por el lado de ambos, con una sonrisa tentadora, y antes de doblar al final del pasillo. Mira a su hermano directamente a los ojos, sintiendo como su pecho se inflaba por la sonrisa maliciosa que le regresó él. Sabía que volviendo a la casa, podría pasar algo como aquel día. Y no le desagradaba para nada la idea de que así fuera.




E aquí la continuación de esta novela, algo perturbadora. Ah, sí.

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2019 ⏰

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