Volver A Intentar

Capítulo dos

18 de Julio del 2016.

Más de seis meses habían pasado desde que June había vuelto, la enfermedad de Anne parecía haber mejorado un poco, pero así como le había dicho Mike; las cosas no siempre eran como aparentaban.
El tipo de cáncer que Anne tenía era incurable ya que se había extendido por más órganos, aunque la castaña no perdía las esperanzas, sabía en el fondo que en cualquier momento su madre no estaría más para él.

Mientras que ella se había hecho muy amiga de Mike.
A tal punto que hubieron ocasiones que se habían besado.
Pero desde el momento en que se reencontraron, comenzaron a salir como amigos y poco a poco ambos comenzaron a salir en citas.
Y así, las cosas se volvieron más serias, se podía decir que ya eran pareja, pero no una oficial, June quería ir despacio al igual que Mike, así que no había nada de qué temer.

—Juney, ¿Por qué no vas a comer algo?—habló en voz baja Mike, mientras veía como ella miraba hacia la ventana.

—No te preocupes, en serio, no tengo mucha hambre—Él suspiró y se acercó, no quería hablar muy fuerte ya que Anne estaba dormida, había tenido una recaída.

—Bebé, tienes que comer, ¿Sí? Hazlo por ella—June asintió y Mike le sonrió, para dejar luego un beso en los labios de la castaña que le mostraba una media sonrisa.

Desde que empezaron a salir, Mike era como su apoyo emocional ya que cuando se encontraba triste por cómo veía a su madre, y por la impotencia que sentía al no poder hacer nada; Mike siempre estaba ahí prestándole su hombro para poder llorar y desahogarse tranquila.

Caminó hacia la cafetería mientras que sintió como Mike caminaba detrás de ella.
Detuvo un poco su paso y lo esperó, él le sonrió y entrelazó su mano con la de ella, ambos caminaban a la cafetería en silencio. Mike sabía que algo le sucedía a la castaña y tenía que ver con Anne.

—¿Sucede algo?—June se negó ante la pregunta del chico, aunque sabía que sí sucedía algo—Bueno, si quieres decirme algo, sabes que puedes decirme lo que sea ¿sí?—La castaña asintió, no quería decir una palabra sobre eso.

Ella no podía contarle en ese momento, no se animaba.

June se sentó nuevamente en el sillón que había en la habitación de su madre mientras la observaba dormir, suspiró, aún recordaba cuando ella era una niña y jugaban juntas, nunca se olvidará el día que se quebró el brazo y ella siempre estuvo dándole besos y diciéndole cuanto lo quería para distraerlo del dolor; como también estuvo el día de su graduación a pesar de estar enferma, cuando le dijo lo mucho que estaba orgullosa de él.

Esas pequeñas cosas siempre estarían en su memoria y su corazón de por vida.

El castaño entró nuevamente a la habitación para revisar a Anne y sonrió ante la tierna imagen, ella tomada de la mano con su madre, June estaba dormida, y Anne le acariciaba el cabello, quién sonrió en cuanto vio a Louis.

—¿Nos sacarías una foto?—Mike asintió sonriente, tomó su celular y sacó la foto.

—Quiero que guardes esa foto hasta que me vaya del mundo, y el día en que lo haga quiero que le des esta carta—habló en voz baja para no despertar a su hija.

Él se acercó y tomó la carta.

—De acuerdo—Anne le sonrió.

—Gracias por todo Mike, enserio agradezco todo lo que hiciste por mí—Él mordió su labio inferior.

—No tiene nada que agradecer—El castaño sabía que eso era una despedida.

Tal vez Anne sabía que pronto moriría.

—No entiendo mamá, ¿Por qué dejas a June estar aquí?—Anne suspiró, Lianne era muy rencorosa.

—Yo sé que ella me hizo a un lado pero es mi hija, quiero que esté aquí hasta mi último día—Lianne se resignó ante el comentario de su madre.

—De acuerdo, si así lo deseas yo no soy nadie para negártelo—Anne sonrió pero por dentro deseaba llorar, tenía que despedirse poco a poco de la gente que más amaba. Había comenzado a hacerlo con Mike, quién la había ayudado en toda su enfermedad, desde que había comenzado hasta el final; seguiría con June y terminaría con Lianne, la persona que siempre estuvo con ella ayudándola y dándole amor desde siempre.

—Más te vale no ofenderla—Le advirtió Lianne, que se encontraba en la sala de espera con Hanna. June bajó la mirada, estaba arrepentida.

Entró a la habitación y cerró la puerta, para que Lianne no supiera lo que hablaba con su madre.

Anne abrazó a su hija mientras lloraba, las cosas entre ellas se habían arreglado; esos meses en los que estuvo presente la ayudaron a perdonarla por no estarlo tantos años, ahora todo estaba en paz. Y quería que así fue con Lianne también, por lo que le encargó que volviera acercarse a June, algo que ella también quería en el fondo. June se había dado cuenta que su madre estaba despidiéndose y tal vez sería el último día que la vería con vida.

Ella salió llorando y su madre también lo estaba en su habitación.

—¿Qué sucede, mamá?—preguntó Lianne, Anne la miró y largó más el llanto.

Ella la abrazó fuerte, porque dentro suyo algo le decía que no podría volver a hacerlo nunca más y lo sabía muy en el fondo.