One Shots // MAGCON// COMPLETA.

Compañero de cuarto. [Parte 2]

Aclaración: Antes de leer recomiendo leer la primera parte para entender mejor. Este capítulo contiene smut, si no te agrada, no lo leas.
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Sammy.
Habían pasado unos cuatro o cinco días desde lo que pasó con Nate, y la verdad estuvimos los dos bastantes ocupados, ni siquiera nos cruzamos tantas veces, pero cada vez que lo hacía el se encargaba de algo...

Dos días antes.
Eran como las cinco de la tarde y mi jornada de estudio ese día, miércoles, había terminado por completo, estaba agotado, los profesores empezaron con todos los trabajos y tareas posibles, solo quería llegar a mi habitación comer algo y dormir.
Llegué a esta y leí en la pizarra lo gracioso que se veía el nombre de Nate junto al mio, su letra era muy desordenada mientras la mía era prolija y una carita feliz se encontraba al lado de mi apellido, busqué mis llaves en mi bolsillo y entré, mi querido compañero de cuarto se encontraba sólo en bóxer dejandome ver sus tatuajes con gotas de agua bajando por sus hombros, recién terminaba de ducharse.

-Hola Nate.- Susurro con timidez y ¿nervios? no puedo estar del todo tranquilo con él así.

- Hola niño ¿como estuvo tu día? - Yo no sé si este tipo esta de buen humor hoy pero en esta semana nunca me había preguntado eso, la verdad no mostró ningun tipo de interes en mi, solo me observaba el trasero cuando me agachaba o andaba desnudo por la habitación para que lo vea, sólo eso.

- Estoy algo cansado, pero bien ¿y el tuyo? - Pregunté de foma educada, me importe o no su día.

- La verdad que bien, gracias- Me sonrió para después guiñarme un ojo, dejé mi mochila y saqué la caja de cereales para poder servirme en un bowl.

- No comas eso, cociné pollo con papas, te dejé tu plato en el microondas por si lo deseas. - Levantó los hombros mientras lo señalaba, la verdad me sorprendió ¿Nate cocinando? ¿Para mi?

- ¿Cocinas? Gracias, esto se ve delicioso. - Murmuraba mientras saqué el plato para buscar cubiertos.

- A veces, se algunas recetas y cuando tengo ganas, las hago, espero que te guste.

Dejenme decirles que estaba realmente bueno, al terminar de comer ordene un poco lo que use y me fui al baño para darme una caliente ducha, que era lo que más necesitaba en ese momento, después de unos tres minutos bajo el agua escuche que Nate tocaba la puerta del baño.

-Niño. - Gritaba un poco al tocar.

-¿Que necesitas Nate? - Alcé mis cejas mientras pasaba algo de jabón por mis brazos.

-¿Puedo entrar? Necesito mi celular, lo dejé ahí.

-Pasa.- Lo dejé pasar porque la ducha tenía cortina y aunque estaba entre abierta el no lograría verme, escuché como entraba y algo de vapor salía del baño, levanté la mirada y pude ver como él miraba el espejo y gracias al reflejo podía ver mi trasero, ya que yo estaba dado vuelta.

-Nate, te estoy viendo. - Susurré intentando taparme, nunca fui muy seguro en sentido a mi cuerpo.

- Y eso es lo que hace la situación el doble de caliente.- Contestó.

Cerró la puerta y pude ver como se agachaba quitando el bóxer que tenía puesto dejando ver su miembro casi erecto, de un tamaño muy considerable, corrió la cortina del baño y entró a la ducha conmigo, algunos rastros de jabón continuaban en mi cuerpo, ni siquiera me pude mover, pasó sus brazos por mis caderas, acorralandome contra la pared.

- Nate que...¿que haces? - Sus ojos me miraban tan fijamente, bajé mis ojos a su miembro algo erecto soltando un par de suspiros algo agitado.

- ¿Ves como esta? Y eso es solo por ver tu trasero. - Dijo refiriéndose a su miembro y se acercó a mi hombro besandolo, no era como esperaba, estaba siendo suave, no me presionaba de ninguna manera sus besos eran... cariñosos, lentos sobre mi piel húmeda

- Oh...- Fue lo único que pude decir, sus besos hacían un camino hasta mi cuello, haciendome soltar pequeños jadeos, complacido, el calor comenzaba a acumularse por el agua caliente y el vapor, haciéndonos sudar un poco más de lo normal.

- Vamos cielo, sé que me tenes las mismas ganas que yo a ti, todos los días viendo tu hermoso trasero no puedo aguantar para hacerte mío, dime que lo quieres.
- Pronunció cerca de mi oído nuestros miembros comenzaron a rozarse mientras nos calentabamos cada vez más.

En unos minutos mientras el agua volvia a correr Nate me tenía dado vuelta rozando de a momentos la punta de su miembro ya lubricado sobre mi entrada, mientras escuchaba los suaves gemidos que escapaban de mis labios, con la universidad, las tareas y proyectos, estoy terriblemente estresado, no recuerdo la última vez que me sentí de esta manera, no quería detenerme.

- Quiero que me hagas tuyo, por favor follame - Un grito desesperado salió de mis labios porque no podía aguantar ni un segundo más de esa manera, provocandonos.

Skate hundió su gran miembro dentro mío sin piedad alguna, yo me apretaba cada vez más a su miembro.

- Estas tan estrecho bebé ¿nadie te complace bien?

Su mentón estaba apoyado en uno de mis hombros depositando besos sobre este y mordidas sobre los chupones color morado que había dejado anteriormente. Sus embestidas se hacían cada vez más rápidas transformando el leve dolor en placer, el único sonido era la ducha, mis agudos gemidos además del sonido que nuestras pieles producian al chocar que eran sumamente excitantes para él, sentía que cada gemido en el oído de Nate hacia que el imponga más fuerza en mi, una de sus manos estaba sobre mi trasero dandome nalgadas hasta marcarme, su actitud es dominante de todas formas, sus músculos estaban cada vez más tensos sobre mi mostrandome lo cerca que estaba de llegar al orgasmo, y una idea llegó a mi cabeza.

- Nate.. - Susurré entre embestidas cuando el estaba más suave y tranquilo.
- Uhm...quiero que llegues en...

- ¿En tu boca bebé? Agachate.

Nate salió rápidamente de mí para que yo me arrodille al frente suyo, masturbándo su miembro con mi boca abierta hasta que pude sentir el líquido caliente sobre mi lengua, tragando cada gota de este.

- Me sorprendes, pensé que los de primer año no tragaban. - Comentó de forma divertida.

Al levantarme me tomo de la cintura dejando un beso sobre mis labios, apagamos el agua de la ducha y los dos pusimos toallas en nuestras cinturas para salir.

- ¿Ahora que? - Dije mirando como él se cambiaba en nuestro sofá, sólo con sus boxers negros.

Yo me refería a todo, a nosotros y a esta situación.

- Ahora vamos a dormir un rato juntos porque estoy exhausto, pero tranquilo bebé, la aventura Nate recién empieza. - Me guiñó un ojo y tomó mi mano para que lo siguiera hasta su habitación, sin palabra alguna.

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Gracias por leer,
Jasmine.