Otra vez se encontraba en aquel lugar, parado en medio de la nada observando como, una vez más, la Tierra desaparecía ante su vieja y cansada mirada. Si tan solo pudiera conseguir que le prestara la mitad de la atención que prestaba a esa primitiva raza... Pero él nunca había sido ni sería lo bastante bueno, jamás podría ocupar un lugar en los corazones de su Doctor y esto lo enfurecían incluso más que aquel molesto e interminable redoble que, alojado en su cabeza, había echado por tierra todas sus posibilidades de tener una vida normal. Con el paso de los últimos siglos lo había visto claro, solo si la humanidad peligraba con perecer en el fuego él recordaba su existencia.
Había pasado mucho tiempo allí desde que al fin aquel cuerpo de cabellos oxigenados había fallecido, la destrucción de aquel planeta lo inspiraba y lo desagradaba a la vez. No quería que el planeta se incinerase vacío por causas naturales, no... Él quería acabar con aquella raza que le había robado a su hombre de la caja. En su mente todo lo que lo atormentaba durante las noches se desvanecería una vez la raza humana dejase de existir. Todo sería perfecto en el momento en el que se convirtiese en suyo, cuando el fuese el Amo de lo único que realmente quería poseer. Al Doctor.
Cuando llegó a la Tierra, a la que aún alojaba en ella a una infinidad de humanos, todo estaba ya preparado. Londres se había convertido en un gran campo de batalla, un tablero lleno de trampas que no tenían como propósito acabar con el enemigo. El planeta calló en sus manos en poco tiempo y, aunque parecía que nada podía salir mal todo estaba preparado para no acabar bien. "Esta vez no hay trucos, querido Doctor" Susurró mientras acariciaba la fría superficie de la ventana cuando escuchó ese sonido, el sonido que lleva esperanza allá a donde va. Su mirada se dirigió por última vez a la vieja fotografía de la única humana por la que habría parado todo aquello... pero ella ya no estaba, hacía ya mucho tiempo que su pequeña se había desvanecido junto a su última oportunidad de seguir adelante. "Buenas noches Clarita" Su última sonrisa sincera se borró justo después de besar la antigua fotografía y sentarse en un sillón a esperar al otro señor del tiempo. En la mesa descansaba una tetera y por toda la habitación estaban los recuerdos de otras encarnaciones. En el suelo se podían ver los distintos trajes, una correa roja, un libro de un tal Saxon.... Sobre los sofás estaba, protegido como lo más valioso de toda la habitación, un cuaderno repleto de dibujos hechos por dos niños que aún tenían toda una vida por delante... También habían algunos disfraces esparcidos por la sala, unas gafas de sol que por algún motivo había conservado...
Él no necesitó aquel campo de dolorosos recuerdos para reconocerlo, pero ni siquiera cuando lo tuvo entre sus brazos por última vez, porque él había sido fuerte y había seguido adelante mientras la cobardía del Amo había convertido la alegría en desesperación. A ojos del Doctor todo parecía igual, sin embargo todo era muy diferente esta vez. Él mismo disparó el arma y esta vez hubo nota. Sin papel ni palabras... solo aquello que aún los hacía diferentes, aquello que los uniría hasta el momento en el que cerrara sus ojos sin intención de volverlos a abrir.
"Una vez que volví a estar entre sus brazos me sentí más pequeño y más débil... y menos incomprendido pues, aunque él jamás podría entender los tambores ni las contradicciones que ocultaban en mí, él me abrazaba con firmeza y contenía cada lágrimas que derramaría después porque tanto uno como el otro sabíamos que había vivido demasiado tiempo y de malas maneras. Y como un depredador enamorado de su presa fui a sus brazos a morir porque con él se irían mis corazones y con él debía irse mi cuerpo... Mis cuerpos. Todos le pertenecían a él de una forma u otra. Quise explicarlo todo, pero era difícil hablar así que simplemente lo pensaba... Pensaba todo lo que quería decirle, y susurré en mi mente todo aquello que algún día le susurré a él. <<Te quiero Theta Sigma>> fue lo último que resonó en nuestras mentes conectadas antes de que, sin poder escuchar una respuesta, todos mis órganos fallasen dando un bonito final a una historia triste que él continuaría... Siempre con esa sonrisa infantil y esa admirable valentía... Con un montón de historias que contar, un millón de historias por vivir y un vacío que nadie más podría llenar, pues ahora él era el último de los señores del tiempo... otra vez."
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The last time | Doctor Who Fanfic
FanfictionEl Amo está cansado. Los odia, a todos y cada uno de esos primitivos seres que le han robado a su Doctor.