Prólogo

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Al tratar de encontrar uno de mis pinceles favoritos para poder pintar uno de mis retratos.

Encontré tras un conjunto de lienzos un especie de diario, algo sucio debo admitir, que fácilmente podía deducir que se trataba de algún regalo olvidado de algún cumpleaños. Y como la casa estaba vacía y yo no tenia nada más que hacer, además de pintar mi retrato claro está, decidí echarle una curiosa revisada, ya saben si encontraba algo relevante o inapropiado. Pero grande fue mi sorpresa al no encontrar nada en ella.

- ¿Que rayos?

Fué lo primero que dije al observar las páginas en blanco. Pero cuando estaba a punto de dejar la libreta de lado y concentrarme en mi pintura una idea invadió mi mente.

¿Por qué no escribir en ella?

Se que suena estupido, pero era una hermosa libreta azulada, aunque un poco sucia, que estaba con unas impecables páginas, algo irónico, que literalmente me pedía a gritos que escribiese sobre ella.  Así que...

¿Por qué no hacerlo?

Y así lo hice. Agarre mi libreta y la lance a la cama junto conmigo. Busqué entre las sábanas algún tipo de lápiz...

Bingo

Encontré una pluma, de una tinta bastante oscura, con la que me decidí a estrenar esta vieja y a la vez nueva libreta.

Notas De Un AcosadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora