Un viaje nocturno a lo desconocido.

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Luis era bien conocido por ser curioso, aventurero y nunca piensa antes de actuar. Su madre siempre le advertía de los peligros del mundo exterior y que el ser impredecible le acarrearía problemas, pero a sus 10 años de edad el niño atravesaba la etapa del descubrimiento, la irresistible tentación de descubrir todo a fondo, a cada costa, era parte de su vida diaria. El niño de piel trigueña, ojos cafés castaño y pelo rubio oscuro, siempre se encontraba en increíbles aventuras que solo eran posibles en cuentos de fantasia. El nunca considero el peligro de estas, pues siempre se salia con la suya sin ningún rasguño, y para colmo, su casa estaba cerca de un bosque que daba lugar a los acontecimientos cotidianos en la vida de Luis. Su padre, casi nunca estaba en la casa, pero siempre le daba libros a su hijo para entretenerse un rato, de ahí su hambre de conocer, junto a su joven edad y agilidad, le otorgaría la valentía y audacia necesaria para adentrarse y salir de ahí con vida, ileso.

Una mañana de verano, en el inicio de las vacaciones, la madre de Luis le preparó el desayuno y puso el plato en la mesa, hecho con amor y esperanza de que su hijo tuviese un gran futuro, tal vez como investigador si su vida giraba en torno a investigar y examinar cualquier cosa de su interés.

—¡Luis, hijo, el desayuno esta listo!— Llamó la madre del niño desde la cocina, viendo como este bajaba las escaleras directo hacia el comedor, con gran entusiasmo y una sonrisa en sus labios por ver lo que su madre le había preparado. Cuando el niño se sentó, su madre le dedicó una sonrisa y el pequeño se dispuso a comer.

—¡Esta delicioso mami!— Exclamó felizmente Luis mientras masticaba su comida, su madre rió.

—Gracias, hijo...— Le dijo la mujer castaña de ojos miel, de piel trigueña igual que su hijo.

—¿Papá vendrá hoy?— Le preguntó el pequeño con la esperanza de escuchar un "si", pero al ver que lentamente la sonrisa de su madre cambiaba a una cara de tristeza, supuso la respuesta que obtendría.

—Luis...Tu padre a estado muy ocupado.....No creo que vaya a venir hoy...— Le dijo melancólicamente la mujer a su hijo, quien bajó la cabeza en señal de tristeza. Su madre fue con el y lo abrazó.

—Yo también lo extraño...— Le dijo su madre, Mary —Pero el esta muy ocupado, y no siempre puede venir, pero ya lo veras luego— Mary se separó de Luis —Te lo prometo—

Luis al ver la sonrisa de su madre, asintió felizmente y fue a su cuarto, y de el, trajo un libro de los que su padre siempre traía para el cada visita. Se lo mostró a su madre, quien lo tomó y lo miró.

—"Las aventuras de Tom Sawyer"— leyó la mujer castaña—¿Quieres que lo leamos juntos?—

—Si...Ya lo he leído pero, quiero leerlo otra vez contigo...— Le dijo tímidamente Luis a su madre, quien se sentó junto a el, y comenzaron a leer juntos.

Tiempo después de leer varios capítulos, decidieron parar un momento. Mary pudo ver el entusiasmo de su hijo Luis en cada parte del libro, y en algún momento Luis había dicho que deseaba ser igual que el protagonista. Luis ya había vivido muchas aventuras arriesgadas, pero las de Tom Sawyer le pareciero algo nunca antes visto, algo que no habría podido vivir en toda su vida, desencadenar misterios y adentrarse en lo profundo de lo desconocido era su pasión, y su forma de vivir. 

Luis ahora se encontraba en su cuarto mirando por la ventana, y en el paisaje, el no tan lejano bosque verde del pueblo, donde siempre hallaba algo interesante que descubrir, todo lo que sabia venia de los acontecimientos que día a día vivía ahí, de las enseñanzas de sus padres, los libros que su padre le regalaba, y otro poco de su escuela.

Atrapado en sus pensamientos, pensó:

"¿Como seria ir al bosque en la noche?"

Una pregunta tan simple que nunca se le había ocurrido planterase, pues cada aventura empezaba desde ya empezada la tarde, al medio día, hasta el atardecer. Ir en la noche era algo nuevo, que necesitaba descubrir, así que, lleno de curiosidad, tomó valor y esperó a la noche a ir a escondidas al bosque, otra aventura tendría lugar ahi, como nunca antes.

Cuando el sol había caído y daba comienzo a la noche, Luis esperó a que su madre se fuera a dormir, para así emprender su viaje. Pero primero, quien se iría a la cama era el, y su mamá debia pensar que estaba dormido, así se iría y el estaría libre de ir a donde fuese.

Ya arropado y acostado en su cama, su mamá le dio un beso de buenas noches, apagó la luz, y se fue del cuarto con la puerta entre abierte. Cuando ya no oyó nada, dejó pasar un rato, y se levantó de su cama. Abrió sileciosamente su cuarto con la excepción de los chirridos de la puerta, caminó de puntillas al cuarto de su madre, se asomó por la puerta, y la encontró profundamente dormida, roncando. Luis esbozó una sonrisa y fue a su cuarto por sus cosas.

Fue a la sala en el primer piso y cuidadosamente salió por la ventana, aun con el peso de la mochila y la lampara en mano, nadie lo atrapó en medio de su escape. Ya revisando que no hubiera nadie que lo viese, emprendió su viaje rumbo al bosque cercano, guiado por las estrellas y la luz de la luna iluminando su camino.

Ya enfrente del bosque, Luis dudó por un segundo si lo que hacia era correcto o no, la primera vez que pensaba antes de hacer algo, era muy arriesgado, pero ya era tarde para arrepentirse, su destino estaba enfrente, y no perdería la maravillosa oportunidad de una experiencia totalmente diferente a cualquier otra que haya tenido antes, y una vez que sentía curiosidad por algo, nada lo detendría en ir a investigarlo. Y así, lleno de valor y coraje, y algo de inseguridad, dio el primer paso para poder adentrarse, en la aventura mas grande que jamás haya tenido:

"Una aventura nocturna a lo desconocido"

Porque efectivamente, el cambio nocturno era tan drástico, que incluso un lugar por el que ya había pasado varias veces, se volvía desconocido ante sus ojos.




Soy la kari, hasta aquí el cap de hoy, lo siento si es corto, bai!~

Lo desconocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora