Me llamo Mia Spirito
Si no quieres problemas, no me mires, no me toques y no me hables.
Sinceramente no se porque tengo tanta fama en el instituto, es fácil, si no me molestas yo no te molesto; pero si lo haces, amigo, haré de tu vida un infiern...
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-Mia no te lo volveré a repetir, arréglate y en cuarenta minutos nos vamos.- Mi madre salió azotando la puerta.
-¡Ni pienses que me pondré un maldito vestido!- Alice solo reía a mi lado, estábamos en mi habitación mientras ella se arreglaba.
-Vamos M, no será tan malo, además si no vas no te dejarán ir al concierto.- Alice se retoco el labial rosa mientras me miraba por el espejo.
-No quiero estar toda la noche rodeada de ancianos ricos mientras pongo una falsa sonrisa.- All se voltea y pone las manos en su cadera.
-A mi tampoco me encanta la idea, pero lo haré, Black Veil Brides lo vale.- Suspiro porque tiene razón, lo vale, llevamos meses esperando este concierto.
-Esta bien.- All sonrió.- Pero no me vestiré así.- Señalo su vestido rosa, no se como llegamos a ser mejores amigas. Somos totalmente opuestas, pero la música y el amor por Andy Biersack nos unió.
-¿Y entonces que harás?
-Ella dijo que vaya, no dijo con qué.- Salí de mi habitación y bajé las escaleras corriendo.- ¡Mamá!
-¡¿Qué pasa?!- Mamá apareció al pie de la escalera con un rizador en la mano y un cepillo en la otra, no pude aguantar la risa.- Vamos Mia, dime que pasa.
-Iré.- Mi madre abrió los ojos sorprendida, nunca aceptaba tan fácil.- Pero... voy a tardar más así que vayan ustedes y luego más tarde los alcanzamos con All.
-¿Y cómo sé que iras?- Mamá me mira con desconfianza.
-Porque All no me dejará no ir, ya la conoces.
-Esta bien.- Suspira.- Pero no tarden mucho.- Advierte.
-¡Claro que no!- Le grito mientras subo las escaleras y entro en mi habitación. Le sonrío a Alice y esta me mira asustada.
-¿Qué harás ahora?- Dice rendida.
-Algo de lo que no se olvidaran y tú me ayudaras.
-¿Me afecta en algo el plan?- Niego con la cabeza.- Esta bien vamos.
Fui a mi armario y busque lo que me pondría, la cena de trabajo de papá era formal pero yo quería que entendieran que no quería estar allí. Agarre unos shorts blancos de tiro alto, un top negro con cortes a los costados que haría que le diera un infarto a mi hermano sobreprotector, anudé una camisa a cuadros roja y negra en mi cintura, tomé el reloj que me regaló papá y mis amadas botas acordonadas con tachas.
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