Scatta sintió un cosquilleo molesto en su nariz, creyendo que era un mosquito fue a darse con la mano en la cara, asestando una bola de nieve en su propio rostro. Asustado se levantó de golpe mirando su mano llena de nieve sin poder explicarse que había pasado, hasta escuchar unas risitas a su lado.
—Jahajahaja, no puedo creer que hayas caído en eso. —reía Zuhi en voz baja, ya lista para salir—
—Ja Ja Ja. —le imitó Scatta con voz molesta— "Ésta me la vas a pagar..."
—Vamos ¡Arriba! Lila quería que saliéramos muy temprano y tú estas ahí vagabundeando. —le reprochaba Zuhi sin borrar las risitas de su rostro, mientras se ponía en pie en dirección a la puerta principal—
—¿Podemos irnos sin más...? —preguntó Scatta estirándose y arreglando su ropa—
—Supongo que sip. —sonrió Zuhi confiada abriendo la dura puerta, dejando entrar el frío de la mañana, helando la piel de Scatta—
Ambos salieron y dejaron atrás la rústica y acogedora casa del gremio, atravesando los verdes prados semi cubiertos con nieve y escarcha, resplandecientes por los rayos del sol que se asomaba perezosamente por los cerros lejanos que limitaban el horizonte.
Ninguno de los dos dijo una palabra, dejando que la fuerte brisa que agitaba el pasto fuera el único sonido del lugar entre ambos, hasta llegar a la entrada del bosque frondoso, donde había estado Scatta anteriormente buscando naranjas con Less.
—Y... ¿Cómo volveremos a Wintu? —preguntó Scatta mirando a Zuhi, quien tranquilamente caminaba mirando con curiosidad el bosque—
—Tengo un pequeño truco... ya verás. —sonrió Zuhi con satisfacción, haciendo el gesto de una cara malvada—
Luego de adentrarse bastante en el bosque, Zuhi se detuvo frente a un enorme árbol, con un diámetro increíble, que se veía bastante antiguo, haciendo detener a Scatta.
—He aquí... ¡El Árbol! —exclamó Zuhi entusiasmada, orgullosa de su... árbol—
—Se llama "El Árbol"? —pregunto Scatta contemplando el... árbol— ¿Y esto cómo nos llevará a Wintu?
En el acto Zuhi empezó a recorrer El Árbol toqueteándolo por todos lados desesperadamente como una tonta. Ya cuando Scatta estaba a punto de darse media vuelta en dirección al gremio, Zuhi presionó un lugar blando del árbol, el cual hizo sonar todo su grueso interior de forma extraña. El Árbol empezó a romper su dura corteza y a expandirse, lo que parecía abrirse por la mitad, haciendo temblar la tierra y sacudiendo a los arboles cercanos, todas las aves alrededor emprendieron vuelo y salieron despavoridas del lugar.
Scatta se quedó quieto frente al árbol que ahora estaba abierto por la mitad, con toda su corteza apuntando hacia afuera, pasmado.
—¡Tuchummm! —hizo Zuhi con su boca fingiendo un efecto especial, mientras alzaba las manos apuntando al interior del árbol—
—¿¿Debemos entrar?? —exclamó Scatta entusiasmado, acercándose a la maravilla viviente—
—Así es buen hombre. —le dijo Zuhi en tono de permiso, mientras entraba sin problemas por en medio de la corteza hasta llegar a su interior—
Scatta al entrar, contempló un montón de cosas que le llamaron la atención, como el color blanquecino de la madera en el interior del árbol, las runas bien talladas en todas las "paredes" y el suelo que conformaban unos dibujos muy bellos y bien hechos, y, finalmente lo que mas le llamó la atención; el claustrofóbico espacio que quedó entre él y Zuhi una vez que el árbol empezó a cerrarse, dejándolos prácticamente abrazados en la oscuridad.
ESTÁS LEYENDO
El Último Espadachín
FantasyDespués de la Guerra Única, muchos reinos fueron destruidos, entre ellos el de Firios. Scatta es el único sobreviviente de su raza, el último espadachín en todo Wintu, quien después de vivir una vida llena de soledad, conoce a la persona que lo atar...