las sombras de un pueblo maldito

Capítulo 4: las flores marchitas que deja la tormenta

Me encerré en mi cuarto sin decir palabra alguna, estaba un poco molesto ya que siempre he admirado a mi papá y siempre he querido ser como el, pero ahora no conocía a esa persona.... me preocupaba su actitud, ¿Cual era la causa?, ¿Que había hecho mal?....... No sabía si debía preocuparme o ignorar el problema, sabía que mi curiosidad era un poco problemática pero mi papá nunca me había tratado tan mal en toda su vida.

Siempre supe que era muy diferente a los demás en el pueblo, por ese motivo siempre me apartaban, eso siempre me entristecía, mi mala costumbre siempre fue que nunca expreso mis sentimientos y los oculto dentro de mi, siempre me han dicho que eso es muy malo ya que algún día podría dejarlos salir todos al tiempo y sería fatal, pero no hallo como expresarlos ni como liberarlos.

Me quedé dormido sin comer absolutamente nada después de eso, al día siguiente tomé la decisión de irme de la casa, siempre he tenido la costumbre de levantarme más temprano que los demás, así que ese día cogí mis cosas, me preparé unos sandwichs y me fui (antes de eso quise dejar una nota para dejarle claro a todos que nunca regresaré). 

(La carta se encuentra en la parte superior del texto)

El chico caminaba hacia las afueras de la ciudad y pensaba sobre lo que pasaría ahora, ya no podía contar con nadie y debía ocultarse de todo ser humano

Pasado un tiempo llegó a una casa un poco vieja, se notaba que estaba vacía y un poco arruinada, pero aún así decidió entrar a investigar la casa

Al entrar el tapete de la entrada decía: "he aquí las flores que ha dejado la tormenta", aquello lo fascinó pero siguió adelante

Exploraba un poco la cocina, luego pasó a la sala y por último vio las habitaciones, todo se veía muy viejo y polvoriento, así que comenzó a limpiar su nueva casa.