6. O dios mío

27 5 0
                                    

Todo parecía que daba vueltas, la excitación realmente me mareaba tanto que me costaba mantenerme en pie y lo llevé hacia el salón para abalanzarme sobre él en el sofá.

Estaba tan sumamente excitado que entendí eso de que los hombres tenían dos cabezas y ahora realmente estaba pensando con la de abajo.

Mi lengua funcionaba con movimientos que realmente excitaban a Paul, que débilmente se resistía a mí. Lo senté encima mía y le agarré del trasero, haciendo que este emitiera un dulce y débil gemido que despertó al lobo que llevaba dentro.

Lo tiré al sofá entero y me puse de rodillas a observarlo, tenía una erección que gritaba por salir de  aquellos pantalones ajustados que él llevaba así que la ayude a llevarlo acabo, lo dejé en calzoncillos ya que seguidamente le quité la camiseta y empecé a darle besos y pequeños mordiscos por todo el pecho y abdomen, a lo que él contestaba con pequeños quejidos de placer.

Empecé a manosear su entrepierna con la mano mientras observaba su cara de placer

-Jeff... En teoría te tendría que estar haciendo yo esto a ti... Pero me gusta.- paro un momento de hablar para intentar evitar salir un gemido.- Ahh
No lo consiguió
Como premio por aquella confesión le di unos cuantos besos más ya que su boca parecía solitaria y posteriormente fui bajando poco a poco dejándole marcas como la otra vez él me hizo a mí.
Cuando llegué al ombligo empezó a temblar más y más debido a la excitación y me pidió, por favor, que siguiera. Así hice.

Bajé hasta su calzoncillo y lo bajé dejando al descubierto su gran y precioso miembro que me hizo la boca agua.
Sin pensarlo dos veces me lo lleve a la boca a lo que él gimió de manera descontrolada.

-Nu-nunca i-i-imaaginee quee lo ibas a haacer taan biiien

No tardó mucho en terminar, por suerte pude quitar la boca antes de que eso pasara.

-Bueno, Paul. Sé un buen chico y haz tu parte, pero con una diferencia. Tragatelo.

Mi mayor sueño eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora