Capítulo 1.-Espero que no sea un sueño

101 13 1
                                    

Y un día más fui a clase, a un lugar aburrido dónde tan solo me animaba él, Paul, el hijo del banquero más rico de la ciudad.

Sé que yo no le gusto, pero tan solo el hecho de ser su amigo y tener el placer de verle que de vez en cuando nuestras pieles se rocen me vuelve loco y me hacen darme cuenta de lo enamorado que estoy de él.

Nada más volver a mi casa, después de 6 horas contemplando su hermosa espalda desde mi pupitre situado dos filas más atrás y su cabello rubio como el oro, sólo pienso en él...

Ya he perdido la cuenta de cuantas veces he soñado que me hacía suyo y tampoco sé ya las veces que me he despertado humedecido por culpa de su maldito recuerdo y de su aroma.

Y otro día más que voy a clase, estábamos cambiando de educación física cuándo tocó el timbre y los otros se fueron ya que Paul y yo habíamos tenido que ayudar a la profesora en algunas cosas y aún no nos había dado tiempo a cambiarnos. No pude evitar fijarme en su abdomen desnudo, tan sumamente perfecto que...

-Bueno Jeff, al parecer eres un chico malo que se fija en los demás eh. Voy a tener que castigarte...

Se abalanzó sobre mi y empezamos a besarnos, me empujo contra la pared produciéndome un dolor a la vez que placentero, cada vez empezó a besarme más intensamente haciendo que se me escapara un gemido, nuestras lenguas empezaron a pelearse entre ellas haciendo que me excitara cada vez más y más...

Pero él se separó, se puso su camiseta e hizo como si no hubiera pasado nada mientras que yo seguía abrumado por la pelea a besos que acabábamos de tener. De repente abrieron la puerta, era Juan, su mejor amigo, la persona más cercana a Paul... ¿Tendría algo con él y yo no habré sido nada más que una aventura? Los celos empezaron a apoderarse de mí, antes de que pudiera decir nada se fueron, pude escuchar un poco de su conversación.

-¿Por qué has tardado tanto tío?

- La profesora, que me he tenido que quedar, ¿Qué va a ser si no?

Esa noche no pude dormir nada, no paraba de darle vueltas a la cabeza sobre ese momento en el nuestras bocas se unieron e hicieron que mi corazón se pusiera a mil por hora como el de un colibrí.

Por primera vez había habido algo entre nosotros y ese algo era más que una amistad.

Y por primera vez, no había sido un sueño.

Mi mayor sueño eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora