Siempre Juntos

Capítulo 4.

Al llegar a la casa de su papá, Paula decidió tomar un baño para salir a cenar con su padre. En eso suena su celular, era su mejor amiga Rubí y decide contestar.
- Hola hermosa, ya llegaste a Mérida.?- Pregunta en la otra línea.
- Si cariño, ya llegué y saldré a cenar con mi padre.- Contesta en la otra línea.
- Que bien cariño. Dios...! el no verte ni poder hablar contigo me hizo desesperar, tengo demasiadas cosas que contarte y esperaba tu llegada. Perdóname por no haberte esperado en el aeropuerto, pero ya sabes como son mis padres... Tengo que acompañarlos en la oficina.- Dijo en tono aburrido.
- Yo te extrañé demasiado, no fue lo mismo el no estar a tu lado sin que habláramos de nuestros amores... También te tengo que contar algo, ven a dormir hoy a la casa, si tu mamá y tu papá te dejan, ven a cenar con nosotros.- Respondió con nervios
- Claro pau-pau, le diré a mis padres y te marco. Te quiero y me alegra que estés de vuelta aquí._ colgó la llamada y se puso a arreglarse.
Rubí y Paula eran inseparables, se conocieron en el jardín de niños, sus padres el Sr y la Sra. Acevedo. eran empresarios y como típico empresario, siempre está ocupado. El Sr. Padilla padre de Paula trabajaba en la empresa de los Acevedo.
Llegó el momento de salir, Rubí estaba en la sala de estar esperando a Paula, aunque Rubí sentía un gran amor hacia Paula, sólo que no le quería decir lo que sentía por ella.
Bajó Paula y las amigas se reencontraron que se abrazaron fuertemente, hasta que el abrazo las separó por el sonido de chat del celular de Paula, sí, era su nueva amiga Nataly. Se separaron y contestó los mensajes. Ya era hora de salir a cenar y se subieron las niñas y el padre de paula al auto. Paula conectó el IPod y se pusieron a cantar "Ojos color sol", se la estaban pasando súper las amigas. Llegaron al Restaurant y bajaron felices por volverse a ver.
llegó la comida y se pusieron a comer.

Pasaron 3 horas riendo y conviviendo, hasta que llegó tiempo de partir a casa. Rubí se quedaría a dormir en casa de Paula e incluso estaba nerviosa Rubí por decirle lo que en realidad sentía por su amiga.
Llegando a casa, su padre se subió a recostarse y las dos niñas se quedaron en el jardín.
Rubí y Paula estaban contándose sus secretos de sus amores imposibles, de sus bandas favoritas; hasta que llegó el momento que se callaron.
Paula miró a Rubí y le confesó que empezaba a sentir algo por una persona de su mismo sexo.
Rubí se quedó con la duda de quien era esa Platónica que traía loca a Paula...