IV* Let the moment be

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Ella corrió lo más lejos de la casa que pudo hasta que la fatiga la alcanzó. La maldita costumbre de huir de todo lo que la abrumaba no la había abandonado aunque tuviera casi 32 años.

Se frotó los ojos bañados en las lágrimas y, en silencio, decidió llorar.

—¡EY, ESPERA! —desde el otro lado del parque alguien que perfectamente reconocía se acercaba.
Sin embargo, sintió una gran decepción al saber que no era quién esperaba que la siguiera.

Cuando el recién llegado recuperó el aliento dijo:—¿Estás bien?

—¿Qué te parece, Einstein? —dijo ella dejando ver sus ojos hinchados y sus mejillas surcadas por lágrimas.— Vete con tus amiguitos, no quiero saber nada de ninguno de ustedes. Nunca.

—Siento lo de antes...

—No, vos no sentís nada. No mientas. Andate y dejame llorar en paz.

Él, por el contrario, se sentó a su lado a contemplar las estrellas.

Después de un rato, él abrió la boca para decir algo pero ella lo calló inmediatamente.

—Deja que el momento sea.

Todo se sumió en una paz indescriptible y los dos pensaron tanto en uno como en el otro.

(***)

Holis! Quiero contarles algo sobre este apartado que probablemente no les importe mucho, pero se me antojó.
Para finales del 2016 cambié mi celular y reseteé todo del anterior.
Cuestión que el original de este pequeño escrito estaba en ese celular. Una noche de vacaciones tuve insomnio y me decidí a volverla a escribir con lo que recordaba de ella.
Cuando terminé me di cuenta que era casi totalmente distinto a lo que tenía en mente que era el primer manuscrito, que, a propósito, lo había escrito en inglés (no sé porqué, soy rara) y terminaba de una manera más romántica. Pero bueno, así es la vida, a veces se pierden cosas que eventualmente vuelven a uno... Pero no de la manera esperada
(Frase de Harry Potter👆🏻💙)

En fin, gracias por leer💙

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