Three

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-Lo sé-sonreí mientras dejaba las bolsas en el suelo y sacudía mi cabello mojado.

-No ensucies mi piso maldito perro-dijo mientras caminaba hacia su cocina.

Lo seguí, y la sonrisa no se me quitaba del rostro.

Arrastraba sus pies y se quejaba en balbuceos pequeñamente descifrables.

  "maldito", "¿Cómo llego hasta mi casa?" "acosador, acosador"

Reí entre dientes, intentado sacar mi mochila de mi espalda.

Lo vi caminar hacia su dormitorio mientras yo solo me quedaba en medio del living.

Llego con toallas, y unas prendas.

-Toma sécate y vete de aquí- Me las tiro en el rostro.

Lo mire y siendo sincero más que nada sus piernas, y sus mejillas rosadas me decían que estaba avergonzado, tironeo de su polera para ocultar sus muslos y yo solo sonreí de medio lado mientras secaba mi cabello.

-Lindas piernas-dije mientras le guiñaba un ojo.

-Vuelve a decirlo y sales de aquí en menos de un chasquido, acosador pervertido-hablo mientras daba un portazo cuando se adentró a su habitación.

Su tos se intensifico, deje mis prendas mojadas en una esquina, entre tanto me apresuraba de cambiar mis ropas.

Olían al chico, aroma a leche de fresas y vainilla.

Dulce, como él.

Su polera me quedaba apretada del pecho y los hombros, el pantalón me quedaba corto y apretado, pero no me importo demasiado, tome una de las bolsas de la farmacia.

Busque un termómetro en ella y paracetamol para su fiebre, saque las comprensas y lleve todo lo demás por si acaso.

Nunca cuide a alguien enfermo, siempre era cuidado por mi mamá.

Así que intente recordar cada cosa que hacia ella por mí.

Primero que nada tomar medicinas.

-Hey pequeño, traje medicamentos para tu resfrío-

-No-Tos-Graci-tos-Gracias- tos, tos y tos.

Un sonido ensordecedor lleno la casa.

No escuche más su tos, desesperado abrí la puerta.

El pequeño chico estaba tirado en el suelo.

Entre libros (JICHEOL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora