El no es Mío

3.4K 193 93
                                    

Estaba tan cansado y aburrido ese día que sentía como si fuese a morir en cualquier segundo ¿Su esposa? Milk decidió ir de compras a la ciudad Satán por algunas cosas y de milagro no lo había obligado a acompañarla pero en cambio le prohibió de forma terminante entrenar en su ausencia, sólo podía ver televisión y esperar por su regreso y el de su pequeño hijo.
Para interrumpir su mártir la puerta sonó con fuerza, alguien golpeaba de forma desesperada desde el exterior llegando a espantar un poco el saiyajin, se apresuró hacia la puerta y la abrió llevándose una gran sorpresa.
-¿Donde has estado? ¿Por que no has ido a entrenar?- indago con el ceño más que fruncido.
-Oh, lo siento. Lo que ocurre es que...- intentó justificarse sin embargo no se le dio pie y fue interrumpido con un fuerte empujón, la puerta se cerró de un portazo tras ellos y fue acorralado contra la pared.
-E-espera ¿Que haces?- pregunto exaltado.
-Cierra la boca- sus rodillas impactaron con el suelo y sus manos se apresuraron en deshacerse del cinturón azul.
-O-oye, espera- sus ojos se movían de un lado al otro- No es correcto, alguien podría llegar- quiso quitárselo de encima pero fue muy tarde.
Su miembro fue completamente engullido y una ligera descarga eléctrica invadió toda su espina, sentía como su intimidad era succionada con fuerza y como una traviesa lengua se enrollada en su glande.
-Por favor para- una súplica ahogada en un suspiro, su rostro ardía como el infierno mismo- Vegeta...- gruñó tomando del cabello a quien yacía de rodillas sin embargo este no se detenía por nada en el mundo, succiónava con fuerza y de forma voraz provocando que a cada segundo el miembro tomase más firmeza.

Esta no era una actitud que sorprenda al de alborotada cabellera puesto hacia un tiempo el príncipe de su raza había tomado una actitud.... como decirlo... homosexual, si esa era la palabra indicada, se dio en alguna ocasión y se convirtió en una adicción para el príncipe.

-Vegeta, para, no es el momento Milk podría llegar- decía con la voz entrecortada y la realidad era que realmente no quería que el más bajo se detuviera aunque eso fuera realmente necesario y arriesgado.

-Vamos, Kakarotto- una sonrisa pícara se manifestó en su rostro en el momento que retiró el pene de su boca y lo pego a su mejilla- ¿Piensas decirme que no lo disfrutas? -indago y dio un pequeño beso al tronco ya palpitante.
-No lo digo es sólo que no creo que este sea el momento adecuado- alegó aunque su rostro enrojecido lo contradijera.

Vegeta sólo dejó escapar una pequeña risita y volvió a lo suyo pero esta vez utilizando sólo las manos y concentrándose en las expresiones del menor. -"Mierda, no creo poder resistir mucho más.... Yo... Quiero estar dentro de él, ahora"- Los ojos del menor se cerraron con fuerza como si intentará retenerlo todo.
-Se te nota en la cara-
Volvió a ponerse de pie sin dejar de masturbar y se propuso a besar los labios del otro saiyajin, adoraba tener el control sobre el más joven.
-Ya no lo resisto- Comunicó y cambiando de roles tomó al príncipe estampandolo contra la pared, no iba a ceder y si el guerrero de clase élite quería sexo, sexo tendría.
Se deshizo de los pantalones con rapidez y se encargó de desnudar el pecho también, todo mientras mantenían un fogozo beso pasional. Sus caderas se resfregavan entre sí con frenesí sintiendo como sus erecciones chocaban y se humedesian. Con algo de brusquedad Goku volteo a Vegeta pegándole el rostro a la pared obligándole a alzar las caderas para nuevamente frotarse, deslizaba el glande con minucia amenazando más de una vez con entrar. Provocaba pequeños gruñidos, gemidos y suspiros sin embargo estaba esperando algo en particular. Una orden directa.
-Kakarotto... -gruño por lo bajó al sentir una vez más como la punta empujaba contra su interior y volvía a separarse- bastardo, deja de jugar... - el tono de queja en su voz no se hizo esperar no obstante el menor lo ignoraba.
Goku abandonó un segundo la labor de torturar esa zona y comenzó a pellizcar y acariciar los rosados pezones endurecidos por el éxtasis, sus labios se posaron en la espalda y subieron por la nuca hasta los hombros donde se dedicó a marcar y succiónar.
-Ah~ kaka... mmh~- las mejillas de príncipe al fin habían tomado un rojo fuego, meneava sutilmente sus caderas contra el pene de Goku mientras sus manos se encargaban de mantenerlo sujeto a la pared.
Era tan emocionante. La idea de ser descubiertos sólo aumentaba la adrenalina y el éxtasis en su sistema.

Vegeta se ve tan ansioso y desesperado, esta tan caliente que de sólo pensar en estar dentro hace que me derrita...

-Kakarotto penetrame de una maldita vez!- ordenó con desesperación consiguiendo así una pícara sonrisa del menor.
-Lo que ordene, Mi Principe- volviendo a posicionar la punta de su miembro contra la entrada del azabache mayor, ingreso completamente de una sola embestida arrebatandole un grito de placer.
Vegeta dejó caer su cabeza hacia atrás escuchando perfectamente la agitada respiración del más joven, levantó uno de sus brazos y lo rodeó por el cuello dejando escapar un suspiro de satisfacción plena.
Por alguna razón estaba feliz.

Pasado unos pocos segundo el saiyajin más fuerte comenzó con pequeñas estocadas profundas mientras sus labios eran masajeados en compensación, una de sus manos se mantenía completamente adheridas a la cintura del príncipe y la otra de encargaba de dar tiernas caricia al pecho.
Poco a poco el ritmo se fue acelerando y Vegeta fue recuperando la postura inicial, sus piernas temblaban ligeramente debido a las fuertes embestidas que recibía ahora y sus gemidos eran sonoros, tan mojados que ya había humedesido una pequeña parte de la pared.
-Kakarotto... kakarotto -gemia, un hormigueo comenzaba a intensificarse en su abdomen- volteame - más que una orden extrañamente había sonado como una súplica.
Nuestro héroe favorito se detuvo un momento y cambio posiciones cargando al pelifalama por los glúteos obligándole a abrazar sus caderas con las piernas, y nuevamente entró en él.

Esta actuando diferente...

Vegeta se abrazó al cuello de Goku y mordió su labio inferior tratando de reprimir los gemidos que amenazaban con escapar, no quería que Kakarotto lo viera gemir.
-No contengas tus gemidos, verte a la cara o no, no hay diferencia- pego un momento su frente a la del contraria y ambos conectaron miradas, sus rostros estaban enrojecidos - ah~Vegeta, siento que me voy a derretir-
El mayor sólo siguió viendo el lindo rostro del más joven y sus expresiones. Un segundo más tarde volvió a besarlo obsequiando sus gemidos de la mejor forma, sus lenguas danzavan traviesas mientras los sonidos eran ahogados en la cavidad bucal del cabellos palmera.
El ritmo y compás de las embestidas alcanzó su límite máximo, y ambos hombres se vinieron con un sonoro gemido.

[....]

Vegeta volvió a gruñir en cuanto sintió toda la esperma escapar entre sus piernas, sucio pero a la vez agradable.
Trato de ignorar el líquido y siguió frotando la esponja por su cuerpo sin querer rozando algunas marcas, el cosquilleo le llevaba al momento vivido hace un par de horas. Se sintió extraño y recordó que apenas terminaron de arreglarse un poco la pelinegra llegó con un montón de bolsas, posteriormente ella beso a Goku.

El no es mío

Y si, le dolía admitirlo pero esa era la verdad. Para su infortunio se enamoró del menor y la única forma que había descubierto para estar juntos era robandole el primer beso, el plan era simple: robarle esa virginidad al menor y ser el único dueño de ello.
Pero algo no salió como esperaba, la primera vez: Se suponía que sería no más que un piquito sólo para que Goku aprenda pero se sintió tan bien para ambos que lo repitieron una y otra y otra vez hasta que terminaron fornicando en el sagrado planeta de bills, desde ese entonces no pudieron y no puede detenerse.

Esto es sólo sexo para él...

Solía evitar tener de frente al saiyan más poderoso cuando lo hacían, porque si lo miraba a la cara podría convertirse en alguien demasiado dócil... Era dócil cuando estaba junto al menor pero quería aparentar que no.

Esa tarde fue diferente, desafío a su corazón y se atrevió a ver al menor a la cara mientra lo hacían.

Él nunca lo notará

Un par de lágrimas escaparon de suS ojos mientras se deslizaba lentamente hacia el frío suelo de la ducha, se rodeó así mismo con los brazos y contempló sublime como toda la esencia se iba por el desagüe.

SexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora