❥the boy of my dreams [editando]

Capítulo 16-¿Dónde está Ross?

Parecía como si todo fuera en cámara lenta. Las palabras de Olivia resonaban en mi cabeza alejándome completamente del mundo real.

Caminaba sin rumbo preguntándome que debía hacer y sin encontrar respuesta alguna cuando sentí que choqué con alguien, lo cual me hizo reaccionar.

-Discúlpeme, yo-

-¡Laura! ¡Qué gusto volver a verte!-me interrumpió.

-¿Jason? No pensé que volviéramos a encontrarnos.

-¿Te encuentras bien?-preguntó ignorando mi comentario.

-Sí, ¿por qué lo dices?

-Te ves pálida y algo preocupada.

-No es nada-intenté sonreírle.

-Hace frío-se abrazó a sí mismo. -¿Te invito a un café?

-No lo sé, yo-

-Anda, acepta-insistió.

-Bien, vamos.

Caminamos un poco hasta la cafetería más cercana que había y procedimos a pedir algo rápidamente.

-Su café, chicos-la mesera dejó los recipientes con el líquido sobre la mesa.

-Gracias-dijimos al unísono.

-Que lo disfruten.

-¿Y bien? ¿Cómo has estado?-me preguntó él recién la chica se había ido.

-Bien, con la escuela y eso.

-¿Es eso lo que te tiene tan preocupada?

-Sí, mucho que estudiar y algunos problemas que resolver.

-Oh, ya veo.

Pasamos un tiempo con un incómodo silencio mientras bebíamos el café.
En mi mente aún me debatía entre que hacer así que, sin pensarlo demasiado, las palabras salieron de mi boca.

-Jason, ¿puedo preguntarte algo?

-Sí, dime.

-¿Qué harías si en tus manos estuviera la reputación de otra persona?

-¿Cómo es eso? No comprendo muy bien-me vio confundido.

-Dígamos que, por alguna razón, tú te enteras del secreto de una persona y prometes no dejárselo saber a nadie, sin embargo, llega una tercera persona y te amenaza con que si no haces algo que ella quiere, expondrá ese secreto ante todos. Todo depende de ti, ¿qué harías?

Se quedó un momento pensando.

-¿La persona, dueña de ese secreto, ya sabe que esa tercera persona también lo sabe?

-No lo sé. No lo creo.

-Pues en ese caso creo que lo mejor sería discutirlo con el dueño del secreto. Juntos podrían encontrar una solución.

-Suena bien-pensé un momento. -¡Esa sería la solución!-sonreí.

Me sonrió de vuelta y volvimos al antiguo silencio.
Agradecí que no preguntara nada y me sentí un poco aliviada al pensar en esa solución. Debía hablar con Ross, aunque fuera un tormento para mí.
Tras terminar de conversar volvimos al punto donde nos habíamos encontrado para despedirnos.

-Muchas gracias por el café, Jason, fue muy agradable verte otra vez.

-Lo mismo pienso-sonrió. -Y espero que puedas solucionar tu problema.

-Gracias, por tu consejo también.

-No es nada y me alegra haberte podido ayudar. También perdona mi imprudencia el otro día, cuando casi te mato.