Capitulo 4.
Ya era julio; 3 meses casados. Y como cada año se dirigía toda la familia a la casa playera de los Heawith, a excepción de que la familia Powell también había sido invitada. Toda la familia Heawith estaría reunida. Estaban emocionados por felicitar a la feliz pareja, pues muchos no habían asistido a la boda.
-Mi hermosa muñequita! –la abuela Heawith abrazo a Allison alegremente.
-Nana! Te extrañe demasiado.
-¿Así que ahora eres una Powell?
-No, aun no –le guiño un ojo.
-Allison! ¿Como estas querida? –Su tía Anne seguía tan hermosa como siempre, todos decían que eran como madre eh hija por el parecido, pero Allison no se consideraba tan bonita como ella- Debes ver a los chicos.
La tía Anne era estéril, pero se había casado diez años atrás con Arthur, un hombre divorciado que ya tenía dos hijos propios; Vivian con su madre pero durante las festividades los visitaban, Allison no los miraba como parte de su familia, pero se llevaba bien con ellos.
-Marcus, como te va galán –Anne beso la mejilla de este y se dirigió a Allison. Un muchacho alto de cabellos castaños la miraba, y ella lo reconoció: era Christian, junto a él estaba Louis, algo mayor que el anterior pero al parecer muy serio. Louis no convivía mucho con ellos, pues estaba aferrado a que la relación de sus padres no debió haber terminado; aun así amaba con todo su corazón a Anne, era su segunda madre.
-Hola chicos –sonrió y beso sus mejillas.
-¿Tu eres la que se caso no? –Allison sonrió tímida, ante el comentario de Christian, miro a Louis y una risa traviesa se asomo por el rostro de este.
-Amor…
-Oh! Taylor ellos son Louis y Christian, son… mis primos.
-Mucho gusto- saludo a ambos y tomo a Allison de la cintura.
-¿Porque se casaron tan jóvenes? –Pregunto Christian; Allison se quedo callada.
-Cosas de ellos –la salvo Marcus- vamos por algo de comer.
-Y después se cayó del caballo y gritaba “ Mama! Me mordió, el poni gigante me mordió!” –todos reían por las historias de el tío Arthur.
Sus hijos de seguro estaban muy avergonzados.
-Aun no has comido nada –le regañaba Taylor.
-No tengo mucha hambre, quiero dormir un rato.
-Te acompaño…
-No, quédate; estaré bien –sonrió y se levanto de la mesa.
-Hija, no olvides estar lista a las 8:00 para el festival. –asintió y se fue.
Se recargo contra la puerta del baño y sobo su sien. El dolor de cabeza la estaba matando. Se levanto y lavo su rostro, mientras se miraba al espejo comenzaban a rodar por su mente esos pensamientos que solo la dañaban.
-Lo siento… -lo miro y se levanto rápidamente del suelo.