❥ Capítulo único

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Nosotros somos increíblemente curiosos. Decimos que si vemos una estrella fugaz pasar y pedimos un deseo, este se cumplirá. Creemos que los gatos negros traen mala suerte. Ingenuamente pensábamos que al final de un arco iris encontraríamos pequeñas criaturas mágicas protegiendo su valioso oro.

Tenemos un galaxia viviendo en nosotros. Somos infinitos claro que si, pero el cuerpo es frágil, igual que Jimin. Jungkook siempre supo que su novio era posiblemente, el ser más maravilloso que había existido jamás. El hecho de que hubiera sonreído todo este tiempo, mientras su enfermedad le consumía lentamente, era de admirar.

Jimin era hermoso, tal y como aquellos brillantes seres de luz que son las estrellas todas las cálidas noches. Él sufría, por supuesto que si, pero "las estrellas brillan en la oscuridad"  tener preparada un sonrisa sin importar que, eso no cualquiera podía hacerlo.

Pero su frágil Jimin no resistiría mucho tiempo, precisamente por ello Jungkook lo saco del hospital y lo llevó en su espalda a un pequeño lago no muy lejos de ahí, para luego sentarse en el pastoso y verde suelo. La ciudad estaba de fiesta. Hermosas luces y globos de una infinidad de colores podían observarse de lejos al igual que unas cuantas velas estaban en el barandal de la calle, adornándolas con gentileza.

Parecía una total conspiración, era perfecto para que Jimin pudiese dormir al fin.

Lo bajó con sumo cuidado y lo acurrucó en su pecho, sus fuertes brazos rodearon por completo el pequeño cuerpo de Jimin al mismo tiempo que este se aferraba débilmente –pero con todas las fuerzas que se permitió– a su camisa mientras juntos observaban la estrellada noche.

— Jungkookie, iras a buscarme cuando me vaya ¿cierto? – el mencionado proporciono besos por toda la cara de Jimin. Su voz se oía apagada, pero seguía siendo delicada y demasiado suave como si fuesen notas musicales de terciopelo.

Ciertamente Jungkook nunca supo el secreto exacto del pequeño para hacerle caer hipnotizado por sus palabras pero quizá, decir las cosas con cariño, era una.

— Por supuesto que si amor, iré a despertarte luego. Así podremos dormir juntos para siempre. Sólo que como eres un tramposo quisiste hacerlo sin mi.

Jungkook había pintado a su chico de colores todo lo que pueda abarcar el sentido de la palabra alma. Que incluso estando así de débil, reía como si estuviese de lo más saludable del mundo, todo con tal de hacer ameno el momento pese a que fuese todo lo contrario.

— Tú eres el tramposo por dejar que me vaya.

— Bueno, siempre te encantó jugar a las escondidas. Me decías que ibas al cielo a esconderte atrás de las nubes y que por eso me tardaba mucho en encontrarte. – Jungkook pego su cabeza con la de Jimin mientras entrelazaba sus manos, estaban poniéndose frías. Enserio trataba de no llorar, pero cuando el mar de recuerdos cayo sobre él su corazón se oprimió repentinamente con fiereza, no podía respirar con normalidad, no quería. Sin embargo le había prometido a su brillante chico que no lloraría hoy, si no que reirían juntos hasta el último momento – También recuerdo que una vez, mientras estábamos en el patio de tu casa, me dijiste que te convertirías en mi pequeño  sol. Que vendrías todas las mañanas a despertarme.

—No fue mentira Kookie. Te prometo que te protegeré siempre. Si necesitas sombra seré tu árbol, si estas triste seré tu arco iris, si quieres verme, pídele deseos a las estrellas. Pero jamás te abandonaré ¿lo sabes no?

La muerte no es algo que pueda tomarse con calma, duele, por supuesto que si. Pero su Jimin se había empeñado tanto en repetirle todos los días lo infinita que es el alma, lo colorido que es la vida.

Y le creía, siempre lo hizo.

— Si lo sé. Sólo no seas tan malo Jiminee. Y cuando llegue, me cuentas todo, quiero escucharlo de ti. Quiero que me digas como es morir.

— Siempre pidiéndome tantas promesas – Jimin cada vez hablaba más bajo, sus latidos iban más lentos. Alzó su rostro un poco para besar a Jungkook el cual apenas notarlo le ayudo a juntar sus labios. Y se mantuvieron así unos largos segundos. Jungkook apretó con fuerza –pero sin lastimarlo– la pequeña y fría mano de Jimin al igual que oprimió con fuerza sus ojos. No debía llorar, pero le costo demasiado como para evitar que una lágrima silenciosa se deslizara por su mejilla.

—Oh, Jungkookie no llores. No quiero irme sabiendo que hice llorar a un hombre muy guapo. – el mencionado solo rió y sorbió su ahora roja nariz.

—Lo siento Jiminee es que eres demasiado hermoso como para... – su voz esta ronca y temblorosa – Me hubiera gustado haber tenido más tiempo. – soltó ahogando un sollozo con una sincera sonrisa.

A Jimin ya no le quedaba voz. Pero con todas las fuerzas que le quedaban le susurro un último "te amo" y lo beso. Quedaron con las frentes juntas, viéndose el uno al otro. Jungkook también se mantuvo fuerte y dio todo de si para sonreírle hasta el final.

Entonces la pequeña estrella se apagó.

Jimin dejó de respirar y su corazón ya no palpitaba. De poco a poco cerró sus ojos y cayo dormido al fin en los brazos de su novio.

Jungkook apenas y vio como su estrella se había ido, lloró. Su rostro se inundó en lágrimas mientras abrazaba a Jimin y lo mecía.

Pero él murió feliz. Con la esperanza de reencontrarse con su chico nuevamente, con la idea firme y clara de ser infinitos, de poder amarse en todas las vidas posibles.

Les amo ¿sabían? 🌈


✩〞δ𝑎𝑡𝑢𝑟𝑛𝑜  ✩〞 𝑘𝑜𝑜𝑘𝑚𝑖𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora