V e i n t i n u e v e

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— Me gustan tus ojos, son algo confusos, pero lindos. — Comentó la castaña.

Lo raro era que no había pedido su bebida favorita.

— Me gusta tu sonrisa. — Tomó la mano de la castaña. — ¿Cómo reaccionarias si te digo que en éstas dos semanas, solo he venido por ti a este bar? —, preguntó nervioso, todavía no soltaba la mano de la castaña.

Vodka; RubénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora