Jayden estaba sentado sobre la cama con las piernas cruzadas mirando a su alrededor. Notaba como varias personas lo miraban al pasar por en frente de su habitación, ya que las cortinas de la ventana que había al lado de la puerta estaban abiertas. Ignoró aquello volviendo a mirar al frente. Había descansado apenas 5 minutos, todo lo que pudo antes de empezar a oír a alguien hablar. Curiosamente, al abrir los ojos se encontró solo en aquel espacio blanco.
Entonces, oyó la puerta cerrarse. Giró la cabeza rápidamente hacia aquella dirección viendo al doctor que antes lo había atendido.
—Veo, que no has descansado —dijo apenas segundos más tarde de que Jayden notara su presencia—. Llevas dos días durmiendo, ¿seguro que no tienes hambre? —no hubo respuesta—. Se que puede que no entiendas la situación —movió una silla que había junto a la cama sentándose a su lado—, pero puedes confiar en mí —«¿Como puedo saber eso?» pensó—. No dejaré que sufras.
Miente.
No lo escuches.
El corazón de Jayden se saltó un latido y comenzó a mirar a su alrededor. Esa voz, era la misma que en su sueño, pero ¿porque se le hacía tan familiar?
Es como los demás.
Su respiración empezó a cortarse y notaba como apenas podía respirar, como si se estuviera ahogando.
Antes de que pudiera pedir ayuda, él doctor ya se había abalanzado sobre él con una pequeña máscara transparente. Su respiración volvió a la normalidad poco a poco mientras miraba a aquel joven que tenía ante sus ojos, quien lo miraba preocupado.
—¿Estas bien? —apartó la máscara de oxígeno de Jayden mirandolo a los ojos.
No me ha hecho daño.
Me ha salvado.
No.
Solo finge preocuparse por ti.
Es como todos los demás.
—Jayden —lo miró atónito cuando lo llamo por su nombre—, ¿te encuentras mejor? —lo miró unos instantes más. Notó la preocupación en sus ojos adornada con una sonrisa dulce que acompañaba a su calmada voz. El Dr. Ross no esperaba respuesta del chico, como de costumbre; pero, esta vez, Jayden, asintió—. ¿Quieres comer algo? —Owen, pensó en aprovechar que había contestado de alguna manera, para preguntarle. Pareció funcionar, ya que Jayden asintió de nuevo—. Bien, te traeré algo para comer.
Owen salió de allí feliz sonriendo inconscientemente. Aunque no hubiera hablado con él, por fin había contestado.
No deberías contestar.
¿Porque no?
No deberías.
—Aquí tienes —antes de que Jayden se diera cuenta, el doctor ya estaba de vuelta. Con una pequeña bandeja de color gris y un par de platos encima de esta, se acercó al chico con una sonrisa. Depósito la bandeja, la cual tenía patas plegables, entre las piernas de Jayden—. No es la mejor comida del mundo, lo sé, pero es comestible.
Jayden asintió mirando hacia abajo, hacia los platos de comida. Tenía un par de platos con arroz y algo de pollo, y un trozo de pan. No era la mejor comida que Jayden habia visto, ni siquiera se le acercaba. Entonces, volvió a subir la mirada hacia el doctor sin mover ni un solo dedo. No se quedó quieto por la comida que tenía delante, si no que, al intentar mover su cuerpo el dolor era agudo, haciendo que sintiera pinchazos en cualquier zona. El hecho de tumbarse en aquella cama o sentarse en ella era casi imposible, ya que a cada centímetro que se movía el dolor aumentaba.
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Voices [Gay] [Terminada]
Short StoryLa vida no había sido demasiado fácil para él, pero tras un accidente, nunca mas lo seria; ¿o sí? Y, ¿si la vida misma te daría otra oportunidad? No sería sencillo, las segundas oportunidades no se dan gratis... Tal vez incluso tu mismo te traicion...