Habían pasado ya un par de semanas desde que Jayden había hablado con Owen por primera vez. Su estado había mejorado notablemente desde aquel día, ya que, a pesar de que no era el más hablador, ya mantenía conversaciones normales con el moreno; aunque, Jayden, solo respondía con frases cortas y, de vez en cuando aún usaban aquel cuaderno.
Jayden, ya se había acostumbrado a sonreir. Ahora, incluso se comunicaba asintiendo o negando con todo el mundo y, escribía a Ashley, la cual había pasado a cuidarlo, muy de vez en cuando, tambien. Aunque, había una extepcion. Jayden, aún detestaba a Vanesa y era con la única que no se comunicaba en absoluto. A la única que ignoraba por completo. Aquello, claramente, molestaba a la doctora. Seguía sin entender la razón por la que Owen se preocupaba tanto por él. Y, sí, se sentía celosa del rubio, el cual pasaba todo el día al lado de Owen.
Había comenzado su rehabilitación hacia unos días. Sus piernas habían quedado dañadas a causa del accidente y, teniendo en cuenta que en el mes que había pasado en el hospital no se había movido en absoluto, Jayden, apenas podía mover sus extremidades sin ser acompañadas con un dolor agudo. Los primeros días habían sido los peores para él. Aunque, en esos días, movían sus piernas o brazos por él, eran los días en el que menos acostumbrado estaba, por lo tanto, en los que mas dolía. Iban a su habitación a repetir este proceso tres veces al día, hasta que, finalmente, el dolor fue desapareciendo poco a poco. Ahora, el reto más difícil había llegado, esa mañana había intentado mantenerse de pies por primera vez y, con ayuda de Owen, aunque no habían conseguido nada.
—¿Crees que esta vez podrás? —Jayden, estaba sentado en el borde de su cama mirando hacia el suelo mientras, Owen sujetaba su brazos por si caía de nuevo.
—No lo se... —el rubio suspiró pesadamente y miró a Owen en busca de la fuerza para intentarlo de nuevo, el cual le sonrió como siempre hacía. Jayden, apoyó su pie derecho sobre el suelo, aún sentado e hizo lo mismo con el izquierdo. Entonces, el moreno, sujetó la cintura de Jayden para que tuviera mas sujeción. Poco a poco, se intentó levantar. Sus piernas comenzaron a temblar en cuanto su cuerpo dejó de tocar la cama e intentó equilibrar su peso en ambas piernas; pero, de nuevo, falló. Entonces, antes de caer, consiguió sujetarse a Owen rodeando su cuello con ambos brazos—. Lo si-siento... —dijo algo dolorido.
—Tranquilo, lo has hecho bien —Owen tenía todavía sujeto a Jayden por la cintura y, como esta vez el chico no tenía mas apoyo que él, también lo rodeó con su otro brazos, disminuyendo la distancia entre ellos—. Has aguantado más que antes.
—Antes, ni siquiera me he podido levantar...
—No pretendas conseguirlo en un solo día —fue entonces, cuando Jayden se dió cuenta de la posición en la que estaban. Sus mejillas se sonrojaron haciendo que mirara hacia abajo. Los pies de Jayden apenas rozaban el suelo y era el agarre, o más bien abrazo, de Owen lo único que lo mantenía en pie—. ¿Pasa algo, Jayden?
—N-No...
—¿Seguro? —el rubio seguía mirando hacia el suelo escondiendo sus mejillas en el pecho del moreno. Owen, intentó ver su cara mirando desde el costado de esta—. Pareces... nervioso.
—Podrías, ¿dejarme en la cama? —habló casi susurrando.
—Oh, cierto. Agárrate fuerte a mi cuello —Jayden hizo como el moreno le dijo. Entonces, bajó las manos sujetando a Jayden y cogiéndolo en brazos. El chico se asombró y soltó un pequeño gritito lo que hizo reír a Owen.
—¿Incomodo? —Jayden miró abajo, ya que, Owen, lo había subido hasta que los hombros del chico superaron los suyos. El rubio negó con la cabeza aún con las mejillas coloradas. Owen, lo sentó sobre la cama sonriendo.
—¿Va a venir Ashley? —el moreno pestañeó un par de veces.
—Creo que hoy estaba ocupada —Jayden, bajó la mirada ante la respuesta del doctor. Por alguna razón, Owen sintió algo amargo dentro de él; fue como si sintiera rabia hacia ambos Jayden y Ashley en ese momento. Sacudió su cabeza levemente intentando olvidar lo que fuera que fuese aquello—. Le puedo decir que se pase luego, si quieres.
—Gracias —Jayden sonrió ampliamente mirando al moreno. Owen, volvió a sentir algo parecido, pero, esta vez, se disipó casi al instante al ver la sonrisa del chico.
—Por cierto, ¿puedo preguntarte algo? —Jayden asintió—. Ahora te pasa menos, pero, a veces, te quedas mirando a un punto fijo de la pared —dijo señalando a la blanca pared que estaba en frente de la cama— o hacia abajo sin reaccionar a tu alrededor. A veces, incluso cambia tu estado de animo después de que eso te pase —Jayden se tensó. Sabía a lo que se refería, hablaba de aquella voz que escuchaba dentro de su cabeza—. Eso, ¿tiene alguna explicación? —el rubio bajó la mirada. No quería admitírselo, ¿y si pensaba que estaba loco?—. Jayden, puedes confiar en mí.
—Y-Yo... —tartamudeó dubitativo. Quería que lo ayudara, que hiciera que esa voz se callase, que desapareciera.
Cierra la boca.
No se te ocurra decir nada.
La cabeza le comenzó a doler, su vista se nubló ligeramente y notó un leve mareo.
Pe-Pero yo...
¡Cállate!
¡Tú me necesitas!
¡Asúmelo!
¡Sin mi no eres nada!
Ni siquiera se que eres...
¡Eso no importa ahora!
Cada vez la voz se oía mas alta, abarcaba más dentro de su cabeza hasta tal punto que sus pensamientos eran casi imposibles de escuchar. Jayden, llevó ambas manos a sus orejas tapándolas con fuerza mientras inclinaba su cuerpo hacia delante.
He sido muy bueno contigo.
Di algo y te haré la vida imposible.
Cállate...
¡No juegues conmigo!
Para.
El infierno que conoces como vida no será nada comparado conmigo.
¡Para!
Haré que dejes de oler.
Haré que dejes de sentir.
Haré que dejes de ver otra cosa que no sea negro.
¡No!
¡Para!
¡Cállate!
Haré que él desaparezca.
Y entonces, gritó. Gritó como nunca lo había hecho. Gritó hasta quedarse sin aliento y, luego, siguió gritando. Un grito que pudo oírse por los pasillos de aquel hospital. Un grito que despertó el llanto de los niños. Un grito lleno de angustia y dolor. No lo aguantaba más. Jayden, comenzó a golpear su cabeza con ambas manos mientras notaba pequeñas lagrimas caer desde sus ojos. Aunque, no dejó de soltar aquellos gritos uno tras otro, parando solo por un par de segundos cuando sus pulmones no podían más. Su cabeza dolía demasiado, parecía que iba a explotar en cualquier momento. Ni siquiera escuchó la puerta abrirse bruscamente, cuando tres médicos entraron rápidamente, apartando a Owen, el cual se había quedado paralizado ante la situación, cosa que nunca le había pasado.
Él, siempre había sabido reaccionar ante cualquier circunstancia, por eso era uno de los mejores médicos allí aun a su temprana edad. Pero, esta vez, no había podido hacer nada y, después, comprendió la razón. En ese momento, no estaba pensando como medico. Cuando estaba con Jayden nunca lo hacía, siempre se relajaba al estar a su lado. Con los demás pacientes reaccionaba casi al instante, sin pensar realmente en las consecuencias; en si saldría bien o mal. Pero con aquel chico rubio las cosas eran distintas, le importaba. Le importaba demasiado como para actuar sin pensar, como para hacerle daño. Y, eso, el oírle gritar de esa manera, el verle llorar delante de sus ojos, lo había paralizado.
Los tres medicos, lo sedaron rápidamente, haciendo que su gritos disminuyeran poco a poco hasta llegar de nuevo al completo silencio.
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Voices [Gay] [Terminada]
Short StoryLa vida no había sido demasiado fácil para él, pero tras un accidente, nunca mas lo seria; ¿o sí? Y, ¿si la vida misma te daría otra oportunidad? No sería sencillo, las segundas oportunidades no se dan gratis... Tal vez incluso tu mismo te traicion...