Me desperté en un colchón sucio tirado en el suelo, no sabía dónde estaba pero parecía ser una especie de sótano viejo, oscuro, el olor a humedad y moho era casi insoportable. El sótano probablemente pertenecía a una casa pequeña ya que no era muy grande.
Miré a mi alrededor para situarme e intenté ver algo entre la oscuridad, de repente la única bombilla del lugar empezó a parpadear haciendo un pequeño ruido cada vez que se encendía. Cuando la bombilla permaneció encendida pude ver algo mejor a pesar de que la luz era débil.
Por una décima de segundo creí ver lo que parecía una silueta de un hombre asomado a la pequeña ventana de aquel lugar. La silueta no la pude ver muy bien porque pasó muy rápido, pero sí me di cuenta de que era toda negra y tenía dos brillantes ojos amarillos que intimidaban bastante e inquietaban mucho más, pero como pasó tan rápido no le di mucha importancia ja que pensé que sería fruto de mi imaginación.
La pequeña ventana casi tocaba el techo de lo alta que estaba y esa posición me dio más motivos para pensar que me encontraba en un sótano.
La bombilla se encontraba en el centro del sótano, era vieja y se aguantaba únicamente por un cable que salía del techo, no era muy potente pero aun así me cegó unos segundos.
Cuando pude volver a ver bien intenté levantarme del colchón pero fue inútil ya que algo me tiró de las manos y volví a quedar tumbada, entonces me di cuenta de que estaba atada con cuatro esposas, dos en los pies y otras dos en las manos, un extremo de las esposas estaban atadas a mis pies y manos y el otro extremo estaban clavadas en el colchón impidiendo que me separara de el.
- Hay alguien ahí ?!!- grité asustada, no contestó nadie -Hola?!! Esto no tiene gracia!!!- seguí gritando hasta que me di cuenta de que por más que gritara no serviría de nada ya que no me contestaba nadie.
Mire a mi alrededor para ver mejor el lugar, ahora que ya había algo de luz pude comprobar de que sí que se trataba de un sótano pequeño. Pude ver un montón de cajas viejas llenas de cosas en un rincón, las escaleras del sótano enfrente mío, no habían muchas más cosas, algún mueble viejo, un sofá también viejo y roto, todo estaba lleno de polvo, como si nadie hubiera estado allí durante años.
Intenté soltarme de las esposas tirando de ellas o haciendo que se separaran del colchón para liberarme pero fue inútil, lo único que conseguí fue hacerme heridas en muñecas y tobillos, entonces empecé a pensar en lo peor y volví a gritar desesperada, pero esta vez fue para desahogarme porque estaba agobiada por mis pensamientos y me daba igual porque sabía que por más que gritara no vendría nadie.
Cuando conseguí calmarme un poco mire a mi alrededor para ver si encontraba cualquier cosa con la que poder quitarme las esposas, aunque no veía muy bien en algunas partes conseguí ver un extremo de unas tijeras de podar en los pies del colchón. Me intenté estirar lo máximo posible para poder llegar con los pies a las tijeras y después de varios intentos las logré acercar a mi mano.
Eran unas tijeras pequeñas de podar y después de miles de intentos conseguí cortar la cadena de las esposas de la mano derecha y alguna que otra herida, después de tener una mano libre fue más fácil deshacerme de las demás esposas.
Me senté en el colchón para después levantarme pero al hacerlo note un pinchazo insoportable en mi cabeza durante el minuto más largo de mi vida. Al intentar levantarme me fallaron las piernas y me caí, no sabía cuánto tiempo había estado allí atada sin poder moverme, pero no debía haber sido poco tiempo si no tenía fuerzas en las piernas para mantenerme de pie. En el segundo intento logré levantarme y caminar.
Mientras me dirigía hacia las escaleras para salir de allí, me pareció ver unos pies de detrás de las cajas, cuando me acerque vi a un chico atado a un colchón como lo había estado yo hace un momento, cogí la tijeras de podar y le solté como lo había hecho antes conmigo, cuando lo solté se quedó igual, parecía dormido, me acerque rápido y me agache a un lado suyo, intente despertarle pero fue inútil, no se despertaba, le mire el pulso pero no tenia, acerque mi cabeza a su pecho para escucharle el corazón pero no logre escuchar nada, estaba muerto.
Cuando no escuché absolutamente nada me asusté y se me escapo alguna lágrima al pensar que si me hubiera quedado dormida en ese colchón un rato más a lo mejor hubiera acabado como aquel chico.
-Lo siento- le susurré lamentando no haber podido hacer nada por él.
Me levante y me dirigí hacia las escaleras para salir de aquel horrible lugar.
Al salir de allí no pude ver absolutamente nada porque estaba todo muy oscuro, empecé a tocar la pared buscando un interruptor para poder encender la luz y ver donde me encontraba. No me costó mucho encontrarlo, cuando le di al interruptor la luz empezó a parpadear igual que la del sótano pero esta vez tardo menos en quedarse encendida, esta luz tampoco alumbraba mucho pero era mejor que nada.
Me encontré en el comedor de lo que parecía ser una cabaña de madera, mire atrás para saber cómo había llegado allí y definitivamente acababa de salir del sótano de la cabaña.
Rápidamente busqué la puerta para salir de allí, una vez que la encontré corrí hacia ella y al coger el pomo de la puerta me di cuenta de que no tenía, asustada empecé a darle golpes como una histérica pero fue inútil ya que la puerta estaba hecha de una madera bastante gruesa y fuerte al igual que el resto de la casa. Seguí dándole golpes a la puerta pero esta vez con un hierro que encontré apoyado a un lado de la chimenea situada enfrente del sofá del salón.
Me senté agotada en el suelo apoyándome en la puerta y asustada empecé a llorar desconsoladamente pensando que nunca iba a poder salir de allí y que me matarían como el chico que había en el sótano, al recordarlo me asusté todavía más por si la persona o personas que habían matado a aquel pobre chico estarían en la cabaña conmigo en ese mismo momento o si volverían para matarme.
Cuando conseguí tranquilizarme empecé a analizar la situación, llegue a la conclusión de que no iba a poder salir de allí por más que le siguiera dando golpes a la puerta y era inútil seguir malgastando las pocas energías que me quedaban en eso.
Me levante y empecé a observar aquel lugar, lo primero que me llamo la atención era que no habían ventanas. Era una cabaña bastante más grande de lo que en un principio pensaba, parecía estar abandonada ya que estaba todo lleno de polvo y había cosas viejas y rotas como si nadie hubiera estado allí por años y todos los muebles estaban cubiertos por telas blancas con capas de polvo por encima.
Después de un rato empecé a pensar en cómo había llegado hasta allí pero me di cuenta de que lo peor de todo no era estar allí sino que no recordaba absolutamente nada anterior a despertar atada en aquel sótano.
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Mundos Paralelos
Fantasía¿Qué harías si un día te despertases en un lugar desconocido y sin recordar absolutamente nada? ¿Y si fuese cada día? PD: El título y la portada son provisionales