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Harry ya había arreglado todo:

Janeth escuchó cuando yo dije que me era indispensable vivir sin Harry (todo hacía sido plan de él, yo decía lo que estaba en el papel mientras me "convencía" de no huir), no se porque se me hizo muy fácil todo. Harry estaba loco y yo nerviosa .

Janeth vino por mi en la mañana siguiente y me guió a mi nuevo cuarto.

La casa era grande y muy oscura a pesar de la cantidad de ventanas que tenía, era de madera totalmente (el techo, las paredes, el suelo...), no estaba muy amueblada en algunos pasillo había una mesita o una silla , era silenciosamente tenebrosa pero creo que solo era su significado y lo "vieja" que era la casa; ademas tenía muchos cuarto, y todas las puertas estaban cerradas y en mi mente solo cabía una razón: en cada cuarto había o una chica o un chico en mis mismas condiciones o peor.

Cuando finalmente llegamos, Janeth encendió la luz del cuarto. Era relativamente bonito (jamás había tenido una habitación para mi sola, definitivamente y no había una tan-tan grande). En una esquina estaba la cama, un poco polvorienta y vieja pero eso tenía arreglo. No me consideraba de esas personas que por sus condiciones tienen que luchar para sobrevivir y por eso son muy sabias, pero si sabía muchas cosas que los demás no sabían y limpiar un

a cama tan grande si objetos de limpieza era una de ellas. También tenía una mesita de noche con dos gavetas.

¡Gracias Harry! pensé.

En cuanto Janeth terminó de amarrar las cadenas de mis manos y pies, se fue gruñendo y me aseguré de que estuviera lejos comencé a reír sola como una loca y luego a llorar, ¿ Qué estaba haciendo? ¿Estaba feliz? ¿De qué? ¿ De mi nueva habitación? ¿ Y de que servía tener el mundo entero si estoy encerrada aquí sin saber que va a ser de mi mañana?. ¡¿Que me está pasando?! Encontré la respuesta que más lógica veía: me estoy volviendo loca. Sí eso es, y si no salgo no tendré arreglo...  de repente mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la llave abriendo la puerta.

- Hola- dijo susurrando.

Maldito Harry, se le hace fácil conseguir cualquier llave hasta la de la salida y aún así no me ayuda. Mmm... algo me huele mal pensé.
- Hola, emm... gracias por el cuarto ¡es hermoso!.- dije hipocritamente; tenía que disimular las ganas de ahorcarlo y quitarle la llave para salir de aquí golpeando a todos.

- Jaja no es nada- repetí en mi mente "no es nada" como guardandolo en ella.

- ¿Como lo hiciste?- dije con fingida inocencia-¿Como conseguiste la llave?.

- Naa, no te diré- dijo juguetón.

- Ayy, ¿Por qué no me dice?- dije del mismo modo que él.

Él rápidamente cambiando de tema dijo.

- Y te gusta aquí arriba ¿cierto?.- No funcionó mi estrategia.

- Sí claro que sí.- me sentía un monstruo diciéndole mentiras pero era la única forma de irme de aquí.

- Me alegra oír eso... pero...- me dedicó una sonrisa picara que no entendía.

-...

- Deberíamos hacer algo ¿no crees? estoy aburrido.

-Si, pienso que deberíamos.- me sorprende como es tan animado y de alguna forma feliz a pesar de estar aquí... secuestrado; yo a diferencia la estaba pasandola mal siempre sólo que disimulaba, tratatando de engañar a Harry o talvez tratando de engañarme a mi misma.

- Mmm... Juguemos.

- ¡¿Qué?!

-¡Sí! juguemos.

Síndrome de EstocolmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora