Epílogo

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Tres años después.........

Luigi había llegado de los más cansado del mundo, lo único que deseaba era poder ver a su esposo y sus hijos en el seno de su amado hogar. Al entrar, se encuentra con las luces apagadas y eso le pareció muy extraño, ya que su esposo y sus hijos no suelen dejar las luces apagadas, a menos que ellos estén planeando algo. Luigi llega hasta el comedor, escucha unos murmuro, lo cual le parece raro al pelinegro, así que, se hace a un lado para encender la luz, para luego encontrarse con una sorpresa que no esperaba.

—¡SORPRESA! —Un pequeño grupo de amigos, su esposo Nicolás, y sus hijos Luis Alberto y George Eduardo  le había hecho una fiesta sorpresa por su cumpleaños. Nico se acerco con el pastel, y le dijo:

—¡Feliz Cumpleaños Amor! —Le felicitó el castaño para luego darle un beso.

-—¡Gracias amor! Que tramposo eres... Me dijiste que no me harías nada.

—¿Cómo demonios iba a dejar que esta fecha tan importante para ti pasara así como si nada? Te mereces esto y mucho mas...

—Sabes que por eso te amo. ¿Lo sabes? —Preguntó el chico pegándose a su esposo y plantándole un beso apasionado.

—Hey Hey, tenga un poco de disciplina, por los niños. —Jessica los Interrumpe y señalo tanto a los hijos de ella como a los de la pareja. Ellos sonrieron...

—¡Tienes razón Jessi!  —Se excusa el pelinegro y voltea la vista hasta los niños—. A ver, ¿dónde están los más bellos de esta casa? —Pregunto Luigi haciendo mención a sus hijos, en cual los dos niños se lanzaron a abrazar al padre que estaba más que feliz con la familia que tenía.

—¡Papi! ¡Papi! —Hablaba Luis Alberto. —Mila mi regalo...

—No papi, ¡El mío! —Interrumpió  George Eduardo muy impaciente.

—Ya niños, papi abrirá los regalos en cuanto termine la fiesta. Ahora vaya a jugar con los gemelos. —Anunció Nico echando a un lado a sus hijos.

—Gracias amor, me salvaste la vida de esos diablillos. —agradeció el pelinegro muy alegre, tomando al chico de la cintura para luego darle un apasionado beso.

—¡Chicos!!!! —Exclamaba Jessica al ver como se besaban—. Si no los separo, serían capaces de hacer el amor aquí mismo. —Advertía la rubia riendo un poco, los chicos igual se rieron por el comentario—. ¿Pasamos al patio? —Preguntó Jessica, Nico y Luigi asintieron, para salir hasta el patio.

Nicolás se sentía muy agusto con la familia que tiene. Desde que conoció al pelinegro aquel día en la antigua empresa donde laboraban, desde ese día, el castaño firmaría una bonita historia de amor que para él será inolvidable.

Para Luigi, la llegada del castaño a su vida fue un paso muy decisivo en la misma. El nunca pensó que podría amar a una persona, tanto como ama a Nicolás, y que la vida le estaba haciendo ver que no todo era felicidad al estar al lado de mía. Ahora, Luigi no hace más que agregarle a Dios el hecho de haber puesto a Nicolás en su camino y que hoy, sea una pareja totalmente feliz.

El día en que estos chicos daban por muerto el amor, una luz en lo más lejano de las estrellas les iluminó e hizo que un fuerte sentimiento se apoderada de sus cuerpos logrando que esta parejas que antes de ser una de las más bellas parejas homosexuales antes, solo eran unos simples compañeros de trabajo.

FIN.............

Mi compañero de Trabajo [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora