Jaehyun.
- ¿Estás seguro que te sonrió? tal vez sufre de parálisis facial. - mi mejor amigo soltó una gran carcajada tras su propio comentario.
- Claro que lo hizo, te lo estoy diciendo.
- ¿Y tú qué hiciste? - preguntó mientras comía un bocadillo.
- Lo ignoré y me senté en mi lugar ¿qué querías que hiciera? Aunque debo admitir que su nariz era bastante bonita. - robé una de las galletas de Mark. Era obvio lo que iba a hacer tras la reacción del chico, nadie te sonríe de la nada a menos que esté drogado. ¡Ajám, eso es! interrumpí a mi amigo y le di un palmada en su espalda. -¡Estaba drogado! ah, cómo no lo pensé antes.
- Istibi drigidi. - habló con una voz chillona, mientras rodaba los ojos. - No seas imbécil, Jaehyun. Quizás el chico sólo quería ser amable, no le veo nada de malo. Mira, le mostraré mi encantadora sonrisa al chico de por allá. - hizo un pequeño movimiento con la cabeza, de esta forma señalando a un chico cabello oscuro, el cual cubria con una gorra. Alcé una de mis finas cejas mientras mantenía mi mirada en Mark, quería ver qué tan valiente era.
Mark esperó a que el chico levantara su mirada, así vindrandole una amplia sonrisa, la cual dibujó una expresión de confusión en la cara del ajeno.
Tras aquel acto no pude evitar romper en carcajadas. -- Te lo dije, Markitos, nadie te sonríe de la nada. - di unas pequeñas palmaditas en la espalda a mi amigo, así luego levantándome de mi lugar.
- Quizás tenía algo en los dientes. - dijo en un tono algo preocupado, mientras sacaba su celular y verificaba la limpieza en su boca. - O tal vez él era un amargado igual que tú; nadie se resiste a mis encantos.
- Creo que ésta vez tus encantos fallaron, Romeo.
Ten.
El día había transcurrido más que rápido, y fue bastante agradable para ser el primer día en un lugar completamente nuevo. Creo que el peor error que pueden cometer las persona es limitarse, es increíble la forma en la que algo nuevo nos puede sorprender, nos puede volver complemente felices.
El timbre anunciando la salida se hacia audible, y era algo gracioso ver como todos rápidamente arreglaban sus cosas para largarse a casa o a algún lugar de su agrado.
Mientras guardaba mis pertenecias la voz ronca de mi agradable compañero me interrumpió.- ¿Te parece si te acompaño hasta la estación? - una sonrisa se dibujó en su rostro, mientras acomodaba los tirantes de su mochila.
- Me parece. ¿Te gustaría ir por un café? creo que es la mejor forma para agradecerte el hecho de que me acompañaras en mi primer día.
- Me encanta la idea, pero lamentablemente tengo que estudiar para mi examen de Geografía. - hizo un pequeño puchero, el cual lo hacía ver realmente adorable. - ¿Qué tal el fin de semana?
- Claro, la oferta queda abierta hasta cuando estés libre, eso si, tú estarás encargado de escoger la cafetería, ya que realmente no sé ubicarme bien todavía.- sonreí de forma amigable, pues, si salía con Taeyong el fin de semana podría conocer mejor la cuidad.
- Está bien, yo seré tu guía este fin de semana. - dejó escapar una leve risita mientras saliamos del salón.
Taeyong vivía junto a sus padres y me dijo que realmente deseaba ser alguien independiente; lo cual es realmente admirable. Por mi parte también me gustaría ser alguien independiente, pero aveces simplemente no se puede.
Me sentía muy cómodo junto la compañía de Taeyong, era como si nos conociéramos de toda una vida, lo cual era gracioso, porque apenas lo habia conocido hace un par de horas. Al llegar a la estación del metro, un pequeño nerviosismo recorrió mi cuerpo al encontrandome con aquel chico de la mañana. Me giré, de esta forma quedando frente a Taeyong y así dando la espalda en dirección al chico, sabía claramente que dar la espalda era una falta de educación, pero me sentía muy avergonzado por el acto de la mañana.
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