– ¿ Quién es Matt ? –
una voz de mujer me salva del ridículo que estoy pasando. Veo que la puerta se abre más y una dama un poco madura, muy elegante de piel blanca, rubia, ojos azules, se interpone entre el hermoso muchacho y yo, siento que me examina de los pies a la cabeza, un poco incomodo para mi gusto, imagino que es la dueña de la casa, lleva puesto un vestido rojo, se le nota lo caro que ha de ser, me llama la atención su sonrisa, tiene los dientes perfectamente alineados demasiados blancos.
– Oh, tu debes ser Amanda, cierto cariño? – Yó soy Megan Walsh, quien te contrató–
luego miro al sexy muchacho en el marco de la puerta mirándome detenidamente, siento la sangre acumularse en mi cabeza, que nervios, nunca me había sentido de esta manera con alguien que acabo de conocer.
La mujer amablemente, me invita a pasar, yo entro a la lujosa mansión con un poco de timidez en mis pasos. esa mujer nota a el guapo muchacho. y le dice
– Matt, se te perdió algo? recuerda que tu padre está muy furioso con el revuelo que provocaste anoche, deberías no sé, estar remordiendote la conciencia, – tu padre ya vio el periódico y créeme que no le gustó en lo absoluto, sube de una vez a tu habitación no te quiero ver por aquí.-–
Matt le hace una mirada de disgusto y le dice, – solo me estaba divirtiendo bueno?, ya tengo 19 años mamá, no pueden seguir tratándome con un niño pequeño, además no me importa que la prensa me persiga, eso es culpa del estúpido trabajo de mi padre y tuyo, no entiendo porque todo lo que hago en esta casa es de total repudio, no soy el hijo que deseaban felicitaciones mamá, así soy yo.
– Me mira de coqueta que hace que me ponga muy nerviosa y dice:
–Permiso señorita– y sube con desgana las escaleras.
– Bien Amanda–, continúa la señora, estoy un poco sorprendida por presenciar lo que al parecer fue una discusión entre madre e hijo, me siento un poco apenada y solo respiro hondo
– Siento que tuvieras que presenciar esta discusión– dice aquella distinguida señora
– Sigue adelante te llevaré donde la señora Abigaile, ella te enseñará todo lo que debes hacer, –
Camina delante de mí, noto que lleva puestos unos tacones altos que hacen eco cada vez que da un paso, camina algo rápido, yo solo apresuro el paso para no quedarme atrás, es un mujer alta se ve que es muy distinguida.
– Mira, esa es la cocina, entra y dile a la señora Abigaile que eres la nueva empleada ella sabrá explicarte, – Alguna pregunta?–, finaliza ella.
– No, todo está claro, señora Walsh–
–Bien te dejo, tengo cosas que hacer, me da una media sonrisa y se va resonando el piso por donde camina.
Adentro mi mirada a la cocina y miro lo hermosa que es, es de color negro con blanco, las baldosas se ven muy brillantes que se podría decir que me reflejo en ella, esta cocina es tan espaciosa que me hace dudar si es más grande que mi casa, en la parte izquierda hay un mueble de madera con todos los cubiertos perfectamente ordenados desde el más pequeño hasta el más grande, es todo tan perfecto , la sala es totalmente hermosa, tiene cuadros gigantes, muebles que parecen ser lo último en la moda americana, una gran alfombra en el medio de ella, todo es tan lujoso y ordenado aquí, que me da miedo dar pisadas por aquel lustrado piso y estropearlo todo, una señora de unos 40 años interrumpe mis pensamientos.
– Tú eres la nueva empleada cierto?– –eres muy bonita, tal como tu madre te describió, mucho gusto soy Abigaile Levy.–
Acomodo detrás de mi oreja un cabello que se me ha soltado y le extiendo la mano esbozando una sonrisa tímida.
– Sí soy Amanda, mucho gusto.– ella me da una pequeña sonrisa. – Bien te enseñaré todo lo que debes hacer, sígueme...
Ella se apresura y sale a la hermosa sala dando pasos rápidos yo voy detrás de ella para no perderme detalle de lo que me pueda decir.
– Bien, Amanda,– suspira ella. – Somos cinco empleadas dentro de la casa para los quehaceres, solo dos de nosotras tenemos acceso a la cuarta planta que es donde se encuentran los cuartos y las oficinas, tu te encargaras de la tercera plata, pero no puedes subir a la cuarta, o se molestarían contigo y créeme que ninguna de las dos queremos eso, entendido?–
Yo solo asentía y escuchaba atentamente todo lo que la señora Abigaile me explicaba.
............
–Bien ya te he explicado todo lo que tienes que hacer, tu horario empieza desde las 7:00 a.m. hasta que termines, pero eso si debes ser muy rápida con todo, yo asentí – Gracias – le dije.
– Bien– avanza ella, te enseñaré tu habitación y ahí podrás organizar tus cosas.
– Mmm, no traje cosas, no sabía como sería el horario aquí, ella suspira –No hay problema Amanda, dispones de cinco uniformes con el cual puedes ir lavando, para dormir, te daré unas camisetas del joven Matt que hace tiempo no usa pero creo que a ti te quedarían perfectas para que puedas dormir–
Ella se pone un dedo sobre los labios como midiendo mi cuerpo con sus ojos.– ah, casi se me olvidaba , en el baño de tu habitación hay cosas personales, para lo que puedas necesitar.–
–Muchas gracias señora Abigaile–
–Bien niña ven,– bajamos las escaleras al primer piso, nos metemos por un pasillo que no había visto pero como la sala es muy grande casi no se ve, al entrar veo unas 10 puertas iguales de color negro, supongo que son los cuartos de los otros empleados, este es el tuyo señala el último cuarto, se despide, y luego entro, noto que hay una cama doble con una mesita de noche negra, un closet en la pared izquierda, un tocador, una alfombra color vinotinto, y en la parte derecha una puerta más delgada que la de entrada de color negro, supongo que ha de ser el baño, me quito el uniforme que me dispuso mi madre para cambiármelo por uno de los que estaba en el closet, abrí las puertas y veo cinco uniformes de color negro y delantales blanco, por un momento caigo en cuenta de que toda la casa es blanco y negro que se ve perfectamente bien, y creo que nosotros los empleados combinamos con ello, saco el primer uniforme, me lo pongo, me voy al tocador donde está el espejo ajusto bien el delantal, pienso que se me ve muy corto para mi gusto, pero debe ser así no creo que hayan tenido mis medidas exactas para hacer los uniformes, así que solo me miro al espejo, me peino pero esta vez dejo caer mi cabello castaño claro sobre mis hombros me siento en la cama, abro mi mochila que traía conmigo, saco la cartera, una foto de mi madre con mi hermana y otra donde están todos mis primos, se ven hermosos, las tomo y la pongo en la mesa de noche cuando miro dentro de la mochila, veo el periódico que le compré a ese chico en la parada de autobús , me concentro en la primera plana vuelvo a leer, Hijo del presidente fue sorprendido manejando a 120 km por hora, miro de nuevo al atractivo chico de la portada, me llevo una mano a la boca totalmente sorprendida,
– Oh por Dios, es él, el chico que me abrió la puerta– , santo cielos, estoy en la casa del presidente? No, no.. verdaderamente estoy en la casa del presidente y ese hermoso chico es el hijo de el hombre más importante del país , como no me había dado cuenta, en realidad no conocía la familia presidencial, solo conocía al presidente, por revistas o televisión, pero nunca pensé llegar a la casa de él a trabajar, estoy muy sorprendida por ello, no puedo creerlo.
*NOTA DE AUTORA*
Aquí tienen el 2 capítulo de AMOR PROHIBIDO, espero y les guste.
No olviden votar por mi historia, pronto estaré subiendo el 3 Capítulo, los quiero muchoo<3
by: Andrea Ximena
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AMOR PROHIBIDO
Teen FictionElla es Amanda Walker una chica de 18 años , vive en Washington con su madre, su hermana y sus primos huérfanos, debido a sus escasos recursos económicos la circunstancias de la vida la llevan a trabajar de empleada domestica en uno de los barrios m...