Letras Cursivas [Yuri on Ice]

Una apertura poco agradable

Discleimer: Los personajes utilizados en esta historia pertenecen a Yuri!!! on Ice (ユーリ!!! on ICE), hechos por Sayo Yamamoto y Mitsurō Kubo.

Advertencias: Muerte, AU, BL.

N/A: Tenía planeado hacer un fanfic de este género, pero nunca antes me había animado a escribirlo. Espero les guste.

La mirada aburrida que tenía Yuri en esos momentos no era nada notoria a comparación del estado en que se encontraba el de pelo gris; quien, inevitablemente, estaba quedándose dormido.

El rubio se irritó ante tal situación y, con el mayor cuidado y delicadeza posible intentó despertarlo.

Delicado en un sentido sarcástico por supuesto.

—¿Eh?, ¿dónde estamos? —preguntó el recién despertado —Ouch, ¿estaré con migraña? —dijo tocándose la cabeza, intrigado.

Y en efecto era una migraña aunque un tanto singular, ya que fue causada por el golpe del ruso.

Yuri bufó.

—¡¿Pretendes que sepa en dónde estamos cuando recién es mi tercer día en Japón?! —exclamó con furia —Maldición Viktor, eres muy insoportable.

—Y tú muy gruñón —se quejó.

Yuri Plisetsky suspiró solo para contenerse las ganas de iniciar una discusión verbal. Tenía el hábito de no perder y quejarse hablando más de un millón de groserías en menos de un minuto.

Muchos lo llamaban una mala costumbre, pero él prefería decirle un “don”. Y es que a veces se necesita talento para decir tantas lisuras coherentes y rebuscadas.

Definitivamente era un don, del que nunca se avergonzaba ni avergonzaría.

Deslizó su dedo por la pantalla táctil de la tablet, mientras que miraba los nombres de las personas que se mostraban en ella.

Cerró los ojos y movió los labios, como si intentase memorizar algo.

—¿Te cuesta mucho aprender los nombres? —interrogó Viktor.

Yuri frunció el ceño, concentrado, y luego volteó a mirarlo.

—Sus apellidos son más difíciles que sus nombres.

—¿No los recuerdas a pesar de que sabes japonés?

Plisetsky chasqueó con enfado, odiaba que le restregaran algo en la cara.

—Callate, viejo.

El mayor se rió. El comportamiento de Yuri le hacía gracia. A pesar de ser un criminalista, el menor no parecía uno, empezando por su actitud.

—Me callaré cuando me nombres a alguno de los peritos sin ver la tablet —sentenció.

—Yuri Plisetsky —se nombró.