Este mundo no es un cuento de hadas, es la realidad y en la realidad no hay ni príncipes azules, ni princesas atrapadas en torres, no hay dragones, ni siquiera hay finales felices. El mundo en el que vivimos esta lleno de problemas, obstáculos, pérdidas, criticas, prejuicios, enfermedades y muerte. Así que basta de decirles a los niños que todas las historias acaban "felices y comiendo perdices" porque la realidad con la que se encontrarán es muy distinta.