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𝐒𝐔𝐒 𝐎𝐑𝐁𝐄𝐒 𝐂𝐄𝐋𝐄𝐒𝐓𝐄𝐒 divagaban sobre la hoja que tenía entre sus manos, asegurándose de que su más reciente obra de arte estuviera perfecta, mirando ocasionalmentea la entrada esperando ver a su amiga de cabellos oscuros que era la musa secreta de aquel retrato.
Después de la alocada aventura que vivió en la escuela, Nathaniel dedicó el resto de su semana para trabajar en un detalle que tenía planeado para su nueva y optimista amiga ¿Qué mejor manera de empezar la semana que con un detalle tan bello como ese?
Cuando su mirada regresó a la entrada vio a Diana entrar a lado de hermana, la pelinegra no tardó en cruzar miradas con él y le dedicó una gran sonrisa que Nathaniel respondió agitando su mano saludándola, la pelinegra tomó el brazo de su hermana y le dijo unas palabras que Nathaniel no logró entender pero dejó de cuestionarse cuando vio cómo su amiga se acercaba a él a pequeños pero rápidos pasos y Nathaniel cubrió el dibujo con su mochila.
-Me alegra encontrarte antes de iniciar las clases porque te tengo una sorpresa. -se sentó a lado del pelirrojo y de su mochila sacó un cuaderno de pasta dura de color azul índigo- El sábado salí con mis papás y mi hermana y cuando vi esto en una tienda pensé "¡Es perfecto para Nathaniel!" y aquí está ¡Tadaaaaa! -el pelirrojo tomó aquel presente y lo miró por algunos segundos sorprendido- Se que no es un graaan regalo pero...
-¿Qué? No, no, no, claro que no... -negó varias veces- Me refiero a que es un gran regalo, -aclaró- me encantó. Gracias Di -esas últimas palabras dibujaron una gran sonrisa en el rostro de ambos- También te tengo una sorpresa -levantó su mochila y dejó ver el retrato de la pelinegra
-¡No lo puedo creer, Nathaniel! -estaba tan emocionada y asombrada que arrebató el dibujo de sus piernas- Esto sin duda le ganó a mi sorpresa -declaró maravillada ante el gran talento de su amigo
-No digas eso, es un dibujo muy sencillo -respondió apenado, abrazándose a sí mismo
-No, no seas modesto. Ni en un mes lograría hacer un dibujo tan bueno como los tuyos -dejó el dibujo en sus piernas y tomó las manos del pelirrojo- Aprecia y acepta el gran talento que tienes, porque te aseguro que es excepcional
Diana nunca perdía la oportunidad para alentar a alguien a seguir sus sueños, lo hizo con su hermana de pequeña animandola a empezar con el diseño de ropa cuando eran unas niñas, le gustaba ver las sonrisas en el rostro de la gente cuando lo hacía, y si se trataba de alguien a quien quería, esa sonrisa y felicidad no tenían precio.
