¿Que me sucede?

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Era la quinta noche seguida que su esposo llegaba tarde. Se había vuelto una costumbre que luego de que él llegara del trabajo él se vistiera de esa forma provocadora y sexy, se vestía delante de él, como si quisiera mostrarle lo bien formado que estaba o lo increíblemente caliente que lo podía poner, solo viéndolo ponerse unos jeans bastante ajustados.

Desde que había cancelado su encuentro con Sara hace cinco días, no la había visto más, y es que no se le antojaba estar con alguien más que no fuera su esposo. Cada vez que cerraba los ojos podía imaginarlo desnudo, debajo de su cuerpo, jadeando por aire y rogándole que le diera más, más fuerte, más profundo, la imagen hacia que su entrepierna doliera, poniéndose tan dura como nunca antes. No podía sacárselo de la cabeza. Había procurado llegar temprano a la casa con alguna vaga excusa, pero siempre era lo mismo, ahora él ni siquiera le prepara la cena, solo le repetía las mismas palabras antes de irse "pide algo para cenar" no tenía ni idea de cuantas veces le había dicho él mismo esas palabras a él, pero se dio cuenta de que después de tres veces comenzaban a sonar diferentes y se sentían diferentes.

Se quitó el saco y la corbata de camino a la alcoba, pensaba invitarlo a cenar y que así pudieran pasar tiempos juntos. Todas las palabras que iba a decirle murieron en su boca. él estaba de espaldas a él, ya estaba completamente arreglado pero eso no le evito la erección que se formaba en sus pantalones cuando lo veía vestirse delante de él, al contrario. Él estaba increíble mente caliente con esa ropa, no pudo evitar que sus ojos lo recorrieran completo. Desde la cabeza hasta los pies, con ese pantalón de cuero negro, hasta las hermosos brazos solo medio descubiertos. él giro dejándole ver lo bien que se veía.

Estaba hablándole, tal vez le decía la misma excusa de cada noche, que pidiera comida y no lo esperará temprano. Frustrado e irritado porque su esposo había salido de nuevo y él se había quedado como pelele, mirándolo sin decir nada, tomo su teléfono celular y marco a Sara.

Si su esposo podía salir y llegar a la hora que le diera la gana, él también podía. Una hora después, tocaba la puerta del apartamento, de su rubia colega. Nunca había ido allí, ya que le parecía demasiado íntimo y lo que compartía con ella era solo sexo, nada importante y sin compromisos, Pero ella lo invito a cenar y no pudo negarse.

Sara abrió la puerta con un conjunto de chaqueta y falda formales rojo, era profesional pero de alguna forma se encargaba de mostrarse sexy y cautivadora.

Pasa, la comida estará lista dentro de poco.

Taehyung dio un paso dentro del departamento y en cuanto fijo su atención en el vestíbulo, supo que era un error haber ido. Había fotos familiares y de Sara por toda la pared, llegaron a la sala y lo recibió un ambiente cálido y acogedor. Eso no era lo que quería, él no buscaba eso en Sara, quería pasión y sexo, de modo que apenas se dio la vuelta y la vio tan cerca, la tomo en sus brazos y la beso..El beso era brusco y demandante, pero ella, jamás se le resistió, por el contrario, le devolvió todo lo que él le daba. La empujo al sofá y se acostó apoyando todo su cuerpo sobre ella. Sara no perdió el tiempo y comenzó a deslizarle el saco beige, que se había colocado a cambio del de traje, de los brazos. Cuando el saco termino en el piso, Taehtyung la hizo sentarse, para quitarle el de ella, que cayó con la blusa y el sujetador al piso, se detuvo un instante a admirarla y toda la excitación que recorría su cuerpo murió inmediatamente. Sus pechos eran grandes y generosos, había pasado horas, jugando divertido con ellos, lamiendo y chupando, hasta que ella le rogaba por mas placer, pero ahora que los veía, le parecían simples, solo un par de pechos, en una mujer cualquiera, que no era su esposo. Y cuando la imagen de Jungkook paso por su mente, se dio cuenta de que ya no quería estar con Sara, que ya no le interesaba.

—¿Te pasa algo malo, Tae?- él levanto su cabeza y la vio a los ojos, eran verde esmeralda preciosos, no los marrones con que observo por los últimos ocho años. La extraña punzada que sintió en el pecho, lo hizo saltar del sofá.

—No, lo siento. Me olvide que tenía que hacer algo. Tengo que irme. – mientras recogía su saco del suelo, se dio cuenta de que todo lo que había dicho, había sonado a excusa y mentira barata, pero la verdad, no quería estar más allí.

Salió por la puerta, dejando a la rubia en toples mirándolo desconcertada, seguro que pensaba que se había vuelto loco, lo que era probable, ya que había dejado a una mujer hermosa, medio desnuda y totalmente, dispuesta, sola. Comenzó a conducir sin rumbo. La extraña forma, en que su cuerpo se había apagado con Sara y el hecho de que su esposo, no estuviera en casa, lo llevaron a un bar a las afueras de la cuidad.

Él no bebía y ciertamente no le gustaba, pero muchas veces escucho a sus compañeros de trabajo decir que ayudaba a olvidar las penas y en eso momento, lo que más quería, era olvidar, porque no entendía nada, y el sentimiento no era nada agradable.

El Infiel [TAEKOOK] (ADAPTADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora