Las clases habían empezado y todo era incomodo, pocas personas se conocían, las que se
conocían pocas de ellas se abrían para hablar con los demás para mala suerte William le hablaba a
un grupo de chicos con los que tuvo el gusto de conocer en su salón, pero Max y su novia Andrea
habían planeado una apuesta.
-Te propongo algo…- dijo Max.
-¿Qué?- contestó Andrea indiferente, puesto que estaba harta del ambiente que se creaba en el
salón
-Vez a esa chava de ahí, se ve buena onda. Y ese chavo de ahí también, yo le hablo al chavo y tú a
la chava, pero hay un plazo quien lo haga al final del día gana, va.- Dijo mientras señalaba a Violeta
y a William.
-Bueno….
El tiempo transcurría y las clases del día de hoy estaban a punto de terminar y Max no le hablaba a
William y Andrea no le hablaba a Violeta. Ninguno de los dos se animaban y si uno no la hacía
rápido el otro iba a perder, pero tampoco tenían nada que perder ya que no habían puesto un
premio para el ganador o más bien un castigo para el perdedor, solo era un juego.
Con el tiempo las clases terminaron y ninguno de los dos había ganado ni perdido, solo fue una
tonta apuesta que ninguno cumplió y no sabían qué hacer, pero la situación del salón mejoró un
poco, muchísima más gente se hablaban entre ellos ya que muchos se habían quedado sin nadie
que los conocieran y no querían estar condenados a estar todo el ciclo escolar solos y siendo
renegados, siendo invisibles. En cambio los más tímidos no se alentaban a ni siquiera subir la
mirada, pero afortunadamente ellos eran los salvados por los más amigables y sociables que
tuvieron la fortuna o desfortuna de haberse quedado en ese salón, ya que eran ellos lo que
buscaban hablarles a todo el mundo y de sus primeras víctimas eran las personas que tenían a
lado y a las que tenían la cabeza hacia abajo.
Con esto las clases se dieron por terminadas y algunos de ellos ya tenían los contactos de sus
compañeros, y Max y Andrea no le habían hablado a William ni a Violeta.
-Ya ves, ninguno gano- Dijo Max
-No lo sé, no me dieron gana de hablarle a nadie-
-No lo sé, esta apuesta se suspende-
-Como quieras-le contestó de manera indiferente como siempre.
-Pero de todos modo le voy a hablar el día de mañana al chico de allá- Refiriéndose a William-se ve
interesante.
-Como quieras, ¿ya nos podemos ir?, ya estoy harta de todo esto-
-¿Por qué si ha sido un día interesante?
-Como digas-dada así su conversación terminada por un suspiro al final.
Al siguiente día llego Max con toda la disposición de hablarle a William, algo sentía por lo cual le
tenía que llamar, sentía que aquel tipo era interesante por alguna razón, aunque su apariencia era
un poco cerrada y no sabía que podía decir, parecía que su apariencia no era todo lo que decía
sobre él, se veía misterioso y de seguro tenía más misterio que podría encontrar en él, pero claro
no iba a saberlo hasta poder hablar con él y ser alguien cercano, ya no se veía que le contara
cualquier cosa a un desconocido, tenía la fachada de ser alguien inteligente, aplicado, seria y que
disfrutaba mucho de los placeres de la lectura ya que era una hora libre y él estaba ahí sentado
leyendo un libro no prestando atención a ninguna persona que estuviera cerca, como si el mundo
no le importara, y Max no sabía si era el momento oportuno de acercarse ya que si le gustaba
mucho la lectura, sería inoportuno acercarse y más si estuvieran en un punto importante de su
lectura, pero no le importo se levantó y se acercó a su lugar que le queda bastante cerca.
-Hola.
-Hola- le contestó William ton una voz muy seca y seria que le hizo pensar a Max que hubiera sido
mejor no acercarse a el porque de seguro se molestó, pero ya estaba ahí y ya le había hablado y
no podía irse como si le hablara a otra persona porque alrededor de él no había nadie.
-Soy Max y tú ¿Cómo te llamas?
-William.- este asintió. La hora se fue volando y ellos parecían divertido como si la conversación
fuera interesante, pero al fin y acabo no lo era, pero ellos dos disfrutaron de la compañía del otro,
cualquier cosa que dijera el otro parecía interesante por más mínimo que fuera y Max ahora sabía
más cosas sobre él había conseguido su nombre en Facebook, su número de teléfono para mandar
mensajes, sabía de qué salón había estado el año pasado y otras cosas más de no tanta relevancia.
El maestro de iba a dar clase esa hora había llegado obligando Max a regresar a su lugar
interrumpiendo su conversación con un “Luego hablamos, ya llego el maestro” y William solo tuvo
que asentir girándose para poder sentarse de la manera correcta mirando al maestro que estaba
sentado en su escritorio que se encontraba casi enfrente de él. El maestro se presentó como los
demás y explico las reglas y los requisitos que se necesitaban en su materia. Ya todo querían que
el profesor acabara con lo que tenía que decir y dar salida o más bien que la hora de su clase
terminara, ya que esa era la última clase que tenían en el día y todos podrían irse a su casa.
La clase termino y todos se fueron dispersando e yéndose del salón, que se hablaron el día de hoy
y el de ayer se despidieron y por supuesto Max se despidió de William chocando las palmas de su
mano y después Max abrazo a su novia que tenía a lado, así marchándose hacia la puerta para
irse.
Es así como Max y William se habían conocido, un gran error para ellos dos o solo el comienzo de
su error, aunque ninguno de los dos sabía lo que iba a pasar en un futuro, ya que tan solo con lo
que hablaron hoy se podrían considerar conocidos o amigos…
ESTÁS LEYENDO
Una muy mala idea
FanfictionDescubres tu verdadera orientación sexual, pero ese no es el problema, si no de quien te enamoras. Una historian algo loca, pero como es el caso a muchas personas nos enamoramos de alguien que ya esta enamorado. Excepcionalmente grandiosa historia q...