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Despertó mirando así su despertador .
-vaya...- susurro al ver la hora.- que temprano...-bostezo cubriendo su boca con su mano, sin pensarlo, se levantó para preparatoria, fue al baño procurando no tropezar ni hacer ruidos fuertes para no despertar a nadie más.

 Llego a dicho cuarto donde se lavo el rostro si apartar la vista de su reflejo en Aquel espejo frente al lavabo.

Salió de allí, viendo a Rui despierta, se agachó para poderle hablar y acariciar su cabello.
- buenos días Rui- sonrió.

- buenos días Nii-chan- le miro con ternura en sus ojos castaños, mientras un bostezo se daba en su delicada boca.

Dejando a la pequeña en el pasillo se dedicó a cambiarse para la preparatori, en verdad no estaba emocionado por las clases, solo tenía una leve emoción de ir...
¿había algo más que el verdoso ocultaba?
¿porque ese repentino animo?
¿ que esperaba aquel chico ?
¿ que quería?

Se tomó un tiempo para pensar mientras que su madre preparaba el desayuno, el olor a tostadas salía, dándole un cosquilleo en el paladar al verdoso. Así escuchó su estómago gruñir, interrumpiendo sus pensamientos, seguramente.

fue al comedor, sentándose así en una de las sillas que hacían el conjunto de la mesa, miró detalladamente la sala perdiéndose de si en el mundo. distrajo su atención en cualquier cosa que le llamaba la atención, totalmente perdido en el entorno que le rodeaba.

-shoichiro? -llamó la mujer, aquella le miró con encanto, sonriendole con dicha calidez que te hacía sentir prácticamente cómodo- ¿que es lo que te sucede?-se le acercó una madre preocupada, dejando así pendiente el desayuno solo para comprobar la salud de su hijo.
el verdoso solo saltó al llamado de atención, inconcientemente negaba, dando una sonrisa algo forzosa pero a la vez natural.
-no es nada- chilló con la voz algo quebrada, algo que él mismo se desconoció, cuando su corazón comenzó a latir con una fuerza imparable, sujetándose la camisa que traía puesta tragando saliva, al igual sus manos tenían cierta extrañes, respiró profundamente dando un gran suspiro calmando así sus ambiciones y lo muy alterado que estaba.
la mujer reconoció de inmediato esta actitud, le acarició los cabellos con delicadeza, a la vez su rostro mientras le sonreía, se inclinó para besarle la frente solo un acto materno que tranquilizaba a cualquiera. le volvió a acariciar la zona besada, esta vez mirándole con ternura y compasión.
-¿Quién es la afortunada?-dijo sería, ocultando su tono burlón, regalándole una gran y bella sonrisa, junto con que le revolviera los cabellos. el pequeño chico quedó algo atontado por aquella pregunta solo contestó con un desanimado "eh?" haciendo que la madre soltara una risita burlona- te gusta alguien ¿verdad?- Yukimura se sonrojó al mayor de los rojos, sintiendo así la respiración fuera de lo normal, negó rápidamente aún confundido, apretando los labios en señal de el más puro nerviosismo, pensaba "¿gustar? ¿alguien? ¿una chica? " mirándole con asombro a su madre a quien nunca se le ocurrió que le preguntaría semejante cosa.

-n...no me gusta nadie oka-san- asumió sin tener en claro el concepto de amor que tan misticamente apareció de la noche a la mañana, ¿la curiosidad le tendría así? quería en verdad saber que era aquel sentimiento y que manifestaba al igual que sus pensamientos que surgían de la nada, sentir esa presión el pecho le hacía dudar de sí mismo "¿como es que nunca había sentido esto antes?" mordía su labio al mismo tiempo que trataba de aclarar la situación.

aún en pie la situación embarazosa, desayunó pensando en el tema, mirando a su madre quien parecía estar lo mas tranquila posible con lo que estaba pasando, la pequeña Rui que ni cuenta se daba por su corta edad;
la hora de ir a la preparatoria llegó, el peliverde se despidió con un ademán de manos de su madre mientras caminaba a el dicho establecimiento, observó a lo lejos a su amigo Kanou, un escalofrío recorrió su espalda, dándole un fuerte dolor en el pecho, seguido por su rostro, cuál se acaloró intensamente cambiando brutalmente a color rojo escarlata. cabizbajo llegó hacia él, muy incómodo saludo alegre como siempre con un "¡BUENOS DÍAS!" pero con la voz quebradiza, a la vez muy ronca, tratando de ser él mismo de siempre.
-Buenos días- respondió algo seco, ocultando aquel color rosa de sus mejillas. el camino se sintió mas largo que de costumbre para el verdoso, miraba al mas alto con inseguridad, a la vez devolvía la vista al suelo, sintiendo miles de agujas clavadas en todo el pecho, el nerviosismo lo dejaba inconsiente, como si no existiera, estaba despistado pero aún así tenía algo de cordura.

[KanouYuki] Forastero en mi corazónOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz