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La noche era brillante, la oscuridad del cielo ayudaba enormemente a el espectador a enamorarse.
Nunca había visto algo tan hermoso como esto. Algo tan real, tan simple pero tan sorprendente a la vez.
A veces las personas estamos tan preocupados de ser egoístas y envidiosos, que no nos detenemos a apreciar lo que tenemos en nuestras narices, literalmente.

—¿Jimin? —murmuró mi mejor amigo a mi lado. Él es el único que conozco que valora un cielo oscuro y estrellado. —Si pasara una estrella fugaz, ¿qué deseo quisieras?

Su pregunta me dejó pensando y rebobinando incluso hasta mi existencia.

—Si me hubieras preguntado a los diez años, te diría que quisiera que mi madre viviera por siempre. Ahora que ya no está... —volví a pensarlo. —Probablemente quisiera que el amor de mi vida nunca muriera. Que ambos nos vayamos juntos.

Su sonrisa se ensanchó.

—¿Y tú, Taehyung? —cuestioné de vuelta.

—Quisiera ser joven siempre. —ambos reímos.

El silencio volvió a nosotros. El espectáculo seguía siendo digno de admirar. Con la mejor compañía, alguien que pudiera apreciar el silencio y una obra hecha por la naturaleza, realmente preciosa.

Pero nosotros sin saber que en ese mismo silencio pasó sigilosa una estrella tímida a la velocidad de un parpadeo.

Dos años más tarde me encontraba junto a él. El tan esperado amor de mi vida.
Su nombre era Min Yoongi, era un poco más alto que yo, cintura pequeña y un carácter de mierda. Por el día era un maldito viejo cascarrabias y por la madrugada era un gato pidiendo a gemidos por más.

Nos conocimos en el mismo lugar donde Taehyung y yo pedimos nuestros deseos. Extrañamente el estaba derrumbado sobre la tierra húmeda, con las lágrimas ahogándolo y algo de sudor en su frente.

—¿Estás bien? —recuerdo haberle preguntado. Lento me acerqué a su figura casi muerta.

—¿Podrías salvarme? -preguntó mirando al cielo poco estrellado esa noche. Mi ceño fruncido fue mayor al escuchar aquello. Sin entender mucho, sólo asentí.

Sin saber que otra estrella hizo posible la conexión entre nosotros. El también había pedido su deseo.

Taehyung y su novio me acompañaban en la espera tan eterna. Ambos tenían la preocupación y la lástima escrita en su rostro.

Ahora podía entender con claridad todo aquello de el "¿podrías salvarme?" de Yoongi. Él siempre lo ocultó, y no fue hasta ahora que recién me entero del cáncer terminal que tiene.

Cáncer de pulmón. Ramificado en la cabeza, con pocas posibilidades de vida. Etapa cinco, etapa final.

¿Es que acaso mi deseo de niño ingenuo no era real? Yo había deseado que el amor de mi vida viviera lo mismo que yo. ¿Yoongi no era el amor de mi vida entonces?

Me costaba creer tremenda estupidez.

Me sentía completo cuando entrelazaba su mano con la mía, o cuando sus ojos juguetonamente se les ocurría mirar en mi dirección, o los gestos que hacía cuando besaba su cuello, o los suaves gemidos llamando por mí al hacer el amor. Todo esto y muchísimo más me hacía sentir completo.

STAR WHERE ARE U  ❀ JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora