Psychotic. Harry Styles Fan Fiction. (Español).

Capítulo 23.

PUNTO DE VISTA DE HARRY.

Aunque la fe a menudo nos pone a prueba y pesando en nuestro corazones se libra el miedo, siempre nos preguntamos. Aunque parecía que había un mar de desastre tan grande como nuestra preocupación de ahogarnos bajo el amor de lo que ya sea nuestra mayor fuerza o nuestra debilidad más devastadora. Bajo su hechizo seductor podemos prosperar o rompernos. Cuando los cuerpos están cansados con el sufrimiento y los pulmones respiran con dificultan en busca de aire limpio para reponer fuerzas perdidas, sus esperanzas son trituradas y su poder es desintegrado. No importa lo duro de la cara o de la luz del corazón, debajo de la piel están las emociones de amor y debilidad.

Estos sentimientos subyacentes son los que hacen que los espíritus sean aplastados y los corazónes rotos. A veces, incluso hasta el punto de que nos cambia. Porque incluso el más duro de los delincuentes y la mayoría de la malicia de los villanos tienen un punto de rotura. Por las manos de la cordura, todos podemos llegar a ser psicóticos, deslizándose entre los dedos por el descuido de la sabiduría mientras la locura llena nuestras venas. No hay nada que podamos hacer y en ninguna parte se puede ocultar mientras la oscuridad consume nuestro antigua luz, ahora la sombra de los temores persisten. Esto no le sucede a todo el mundo, o al menos no a tal extremo. Solo a los que observan la oscuridad del mundo son los que hacen que su propio ser sea cruel y parezcan estar sometidos a este tipo de inestabilidad mental. Pero todos hemos tocado fondo en algún momento, psicóticos o no.

Y con ser encerrado en una institución mental trae la incertidumbre de cuando este “tocado fondo” ocurriría. Podría ser ahora, con mi espalda todavía vendada y la esperanza de escapar cada día más imposible. Teniendo en cuenta mi aburrido entorno, la desolación y el miedo del lugar en el que estaba viviendo puede ser lo más profundo de mis problemas. O … ¿podría ser peor?

Sobre todo, mi tiempo lo pasaba durmiendo en las sombras oscuras en esta fría celda, pero quizás habría un día, finalmente, en el que el sueño no llegara. Puede haber un momento donde pasaría las largas noches acurrucado en una bola murmurando mientras me mecía hacia atrás y adelante, o unirme a los otros pacientes mientras gritaba y trataba de escapar de las barras de metal que me mantiene encerrado noche tras noche.

Hasta ese día, que esperemos que nunca llegue, mantuve mi mente a gusto con el sueño que antes ha sido mencionado. Los sueños podían ignorar la realidad del dolor y desvanecer las paredes del presente. Podían ser extraídos de pensamientos agradables, como el recuerdo de ir al zoo con mi madre, y el helado, y la risa, y Rose Winters su pelo largo colgando en ondas sueltas. Pero infligido en tu mente soñolienta también podían ser pesadillas, como las de estar en Wickendale en mi cama mientras soy viejo y frágil o ser golpeado hasta la muerte por los guardias o ser comido vivo por los monstruos en las sombras proyectadas por el suelo de cemento.

Pero, al menos, proporcionando una manera de vivir en otro lugar por un tiempo, ser otra persona. Me volvería a alojar en mis sueños, los felices, para siempre si pudiera. Aunque yo sabía que no eran reales prefiero vivir en mi menta dormida que mi mente despierta, porque mis pensamientos conscientes eran incluso más aterradores que mis peores pesadillas.

Día a día mientras mi gris aburrimiento y mis pensamientos empezaban a trepar, me temía que con el tiempo mi mundo de sueños y de la mente de la cordura se rompiera, y yo había tenido suficiente. Mi persistencia estaba por los suelos y el punto de rotura se arrastraba hacia mi en una versión mucho más loca de mi mismo. Por lo general, estaba confiado y tranquilo, pero con indiferencia esas cualidades siempre estaban tan paulatinamente lentas mientras mi corazón latía con fuerza ante la visión de un látigo y yo estaba empapado en la preocupación con el pensamiento de que alguien que quiero se fuera lejos de mi. Me había golpeado la sensación de matar, y si James hubiera estado allí ese día no habría duda alguna de que lo habría hecho. Estos sentimientos no eran los diarios, los sentimientos eran de asesinato. Pero no podía controlarlos y sabía que escapar de Wickendale era la única manera de detenerlo.