miscalculation ||Yoonmin||

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Min YoonGi, 22 años, lleva planeando el asalto a la mansión Park más de nueve meses, pero lleva poniendo en práctica el plan durante los últimos seis meses.

Park Jimin, 15 años, lleva planeando escaparse de la mansión Park  durante cuatro meses, desde que se dio cuenta de las intenciones del hombre con piel de hada.

010217

El día había llegado.

Después de meses y meses de duro trabajo y análisis, el día de hoy a las 11:56p. m. iba a poner en práctica su plan para robar una de las joyas más valiosas de toda Asia, tan valiosa que podría retirarse de ladrón a sus veintidós años sin ser capturado y con el prestigio de haberle robado a los Park, A los Kim y a los Choi en menos de tres años.

El sólo pensarlo lo hacía sonreír con orgullo en su puesto de trabajo en una pequeña librería de ediciones antiguas y exquisitas compilaciones inéditas de autores de cuando la poesía era algo casi divino frente a la mansión Park, un lugar en el que pasaba desapercibido ante los ojos curiosos, claro que no había estado trabajando los últimos cuatro meses en este pequeño y oscuro lugar al azar, era el puesto de vigilancia perfecto, completamente discreto, con una vista de dentro hacia afuera excepcional, y sin embargo dificultosa desde el otro lado

Su forma de vestir tampoco llamaba la atención, prendas básicas casi siempre en negro, un cubre bocas siempre tapando la mitad de su rostro, no era como si eso fuese algo inusual entre los muchachos de su edad, todo en su vida estaba planeado para parecer normal, vivía en un departamento en un barrio bajo que su sueldo en la tienda podía pagar iba a lugares los cuales podía pagar con lo que se supone que quedaba de su sueldo, no se permitía gastos mayores a los que se supone que podía darse.

No iba a la universidad porque se suponía que no podía cubrirla, así que cursaba los estudios a distancia, estudiando desde casa los fines de semana cuando no trabajaba porque hacía "horas extras" de lunes a viernes para así poder pagar sus estudios.

Nada en su vida podía levantar sospechas, tenía amigos, una novia, dos gatos y un auto de segunda mano, todo lo que un joven empezando a ser adulto desea.  

 También estuvo dos semanas trabajando de pasante como restaurador dentro de la mansión Park, gracias a su increíble memoria se había grabado la distribución de la casa, además de que conocía el plano de memoria, sabía de qué estaba hecho el suelo, la calidad de la pintura de las paredes, las distancias de todas las ventanas hasta el suelo, sabía cuanto tardaban en sonar las alarmas, sabía a cuantos metros se escuchaba, todas las ubicaciones de los teléfonos en la casa, no había dejado ningún cabo suelto. 

Él era un ladrón, pero no un tonto, tenía todo minuciosa y fríamente calculado, cada paso que daba lo había pensado, evaluado y analizado sus consecuencias por lo menos cincuenta veces, no podía haber errores en su plan. 

Era el trabajo de un genio.

Y sí, se estaba echando flores un poco, pero como no hacerlo, era una estrategia tan perfecta la que había estado ideando esos nueve meses.

Ese día hizo sus horas extra como siempre, el negocio estuvo abierto hasta las 9:54, YoonGi fue a su casa, en su pequeño y acogedor fiat smart negro, cenó ramen instantáneo de cerdo que compró en la tienda de abarrotes de camino a casa.

el envase quedó en la cocina vacío, a las 10:12 encendió la televisión mientras se alistaba para su operación en su habitación, se había vestido de negro como cada vez que iba a hacer este tipo de trabajos, como siempre apagó la televisión a la hora que se acababa el noticiero, apagó las luces de la casa y salió por la escalera de incendios que daba al callejón contiguo oscuro y solitario en donde sólo había basura.