Cambiaste mi vida (Pausada y en edición)

El tiempo pasó...

Pasó el tiempo y a los 12 empecé el instituto. Tal y como me contó Flora, empecé a notar cambios:
-Físicos: mejoró mi velocidad, agilidad, fuerza, puntería y precisión. También, pegué un estirón bastante grande que hizo que aumentará la longitud de mis piernas.
-Mentales: mi actitud ha pasado de ser extrovertida y directa a ser directa y tranquila. Flora me contó que al cumplir los 12, una parte de mi actitud se fusionó con una parte de la suya.
En cierto modo me gustaba mi cambió, no fue nada forzoso. Simplemente cambié un poco mi manera de ser y de pensar... además, yo elegí aceptar esos cambios que son muy importantes para la madurez de una mujer lobo. Yo he sido madura y consciente de lo que me pasa a mi y al mundo, en general, desde niña por lo tanto este cambio me vino para bien.

Desde los 12 años me comprometí a ser mucho mas responsable y a cuidar a las personas que me importan.
Lo último, lo digo porque según Flora, hay muchos mas seres sobrenaturales que habitan la Tierra, se esconden y nunca revelan su tipo a los humanos salvo en casos especiales. Recuerdo las palabras que me dijo:

"Siempre debes estar alerta, para que, en caso de ataque, saber como actuar y proteger lo que te importa "

Durante todo ese tiempo, conseguí un nuevo mejor amigo. Para mi no es un simple amigo, es mi hermano. Le llamo hermanito a veces, mas que nada es por la edad, aunque le saco media cabeza de diferencia. Tengo plena confianza en el y él en mi.
Se llama Pablo, tiene mi edad, su cumpleaños es el 30 de diciembre y es español.
En cuanto a su físico; mide 1,70m, es de piel morena, cabello marrón oscuro y ojos marrón claro.

En cuanto a su personalidad; él es muy divertido, simpático y alegre. Además de pesimista y olvidadizo. Se le da genial las matemáticas y el inglés, materias en las cuales voy floja, y él me ayuda.
Lleva a mi lado desde los 9 años, antes de ser mujer lobo.

Pero el instituto no empezó de buena manera que digamos...
Me hice un enemigo el segundo día de clases llamado Michel. Él y su "panda de matones repetidores guays" empezaron a hacerme bulling.
Intenté seguir adelante como si nada pasara, pero las palabras hieren más que los puños (Al menos para mi) y acabé derrumbado me. 

Entonces todo fue a peor.

Mis notas empezaron a bajar, no prestaba atención a clases, no comía, no dormía, no estudiaba porque el miedo no me dejaba pensar en otra cosa...
Siempre estaba asustada y tenía miedo, no le conté a nadie porque me amenazaron con que me iría a peor si decía algo. 

Dejé de hablar con Pablo y empecé a ir sola a todas partes rogando para que no persiguieran,. Para el robo de dinero y comida yo era la diana perfecta.

Al mínimo comentario que me hacían temblaba y me callaba.

En mis constantes pesadillas estaban ellos, riéndose, burlándose de... mi.

Me convertí en una marginada social, una nerd y una friki al cual no paraban de pegarme collejas, insultarme o tirar cosas a la cabeza.
Una vez tuve el valor de responder ante un comentario y por poco me quedo sin toda la mochila.
Y cuando creí que la cosa no podía ser peor, una compañera de mi clase le dijo todo a la tutora y esta llamó a mis padres y se lo contó todo. La bronca que obtuve por parte de mi tutora no fue nada comparada con la de mis padres: para ellos era una humillación enorme que su hija no se sepa defender y encima que sea una cobarde, miedica, asustadiza y débil persona.

Había días que llegaba a casa con lágrimas en los ojos por alguna humillación de su parte, me esperaba una bronca y un chillido bien grande.
"Es todo por tu culpa"
"Eres demasiado ingenua y estúpida"
"Cobarde"
"Di algo, que para eso tienes boca"                                                                                                                    Horribles frases pasaban por mi mente. En todas mis pesadillas estaban ellos, y con el tiempo entré en un estado de soledad, angustia y tristeza.