Capítulo 1

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Corría a lo que más daban mis piernas, estaba desesperada... Solamente porque a mi hermana se le ocurrió de ir a una puta fiesta, ahora llegaríamos tarde.

Cuando faltaban aproximadamente 1 cuadra para llegar a la Secundaria, caí como vaca al piso. Por suerte no había nadie. Me sacudí la ropa y caminé hasta la entrada.

Caminé con la mirada fija en el piso, como siempre. Evitando los comentarios de las personas.

Comentarios obsenos, miradas de lujuria, comentarios de odio y miradas asesinas. Las primeras son causa de el parecido a mi hermana. Llevo 6 años en la misma escuela y todavía algunos no saben diferenciarme de mi gemela, digamos que mi hermana es, un tanto... ¿Fácil? Y no es por decirlo de mala, solamente es la verdad.

Llegué hasta mi casillero y puse la clave, cuando por fin lo abrí saqué mis cosas y las metí en mi bolso. Caminé tranquilamente por los pasillos, pero todos saben que los momentos de tranquilidad no son para siempre.

-Vamos Lowell, ¿cuándo vas a aceptar que eres una puta más, igual que tu hermana?- Señoras y señores, les presento al Rey de la Imbecilidad, su nombre es Nathan. No es el típico jugador de fútbol, sí no que es el "chico malo" de la secundaria, que lo tiene todo cuando quiere.

Debo admitir que está guapo, pero ser idiota lo mantiene feo.

-¡Vaya! Al parecer se te quemó la última neurona que te quedaba, tan solo con pensar en eso- le dije yo fulminándolo con la mirada.

-Creo que por primera vez te equivocaste cerebrito, me quedan bastantes neuronas, y con esas puedo pensar varias cosas sobre ti- dijo mirándome de los pies a la cabeza, mientras se mordía el labio.

-Ja, ja, ja, no me hagas reír. De todas las personas de este jodido colegio, se te ocurre la maravillosa idea de venir a cagarme el día a mí...?- le dije enojada, este es tan hueco que creo que ocupa toda su memoria tratando de acordarse de cual es su nombre.

-No seas así... ¿Qué te he echo de malo?- ¿Qué me ha hecho de malo? Le voy dar la cabeza contra a el muro a este imbécil.

-¿Qué me has echo? Jajajaja, no seas sínico, además... Con tu existencia ya me bastó- me retiré del lugar dejándolo con la palabra en la boca. Lo odiaba con toda mi alma.

Pase por la cancha de basquetbol... En realidad, corrí para que ningún pelotazo me llegara, no es nada bonito que te llegue una pelota en toda la cara. Cuando llegué al otro lado de la cancha, me encontré a un chico ligando con mi mejor amiga... Vaya, estos chavos si que no pierden el tiempo.

-Ya, ya, ya, deja a mi chica tranquila- le dije al tipo desconocido a penas llegué ahí.

-Vamos _____, esto no es asunto tuyo- me dijo fastidiado, y... menuda sorpresa, es el mejor amigo de Nathan, Paul.

-Veo que no pierdes el tiempo, ¿qué pasó con la rubia de Jessie? ¿La dejaste y ahora vienes a buscar otro revolcón?- dije bastante cabreada -creo que te equivocaste de chica Paul... Vete si no quieres que te rompa a lo que tú llamas cara- le dije acercándome peligrosamente a él.

Paul rió, le guiñó el ojo a mi amiga y se fue. ¿Qué tienen en la cabeza estos tipos?

-Jane, ¿por qué no te lo sacaste de encima?- no hubo respuesta. -Jane, Jane... ¿Qué te ocurre?- estaba como en un estado de Shock. Me estoy desesperando, ¿qué está ocurriendo? -¡Jane!, ¡JANE! ¡RESPÓNDEME! -pero de un momento a otro, todo se desvaneció, Jane estaba tirada en el piso, con los ojos cerrados. No se inmutaba.

-¡Qué alguien me ayude por favor!- grité, obteniendo como respuesta, la llegada de 2 profesores, la Srta. Paulina y el Profesor Andrew y unos cuantos chismosos que seguramente se le abriría la boca de 4 metros, y les contarían a la mitad de la escuela.

La Señorita Paulina y el Profesor Andrew, agarraron a Jane de las piernas y de los brazos. Yo solamente lloraba, desconsoladamente, ¡qué carajo le pasó a mi mejor amiga!

Ellos la llevaban hasta la enfermería, y yo los seguía. No quería dejarla sola, estaba muy preocupada.

En cuanto llegaron a la enfermería, la enfermera revisó sus signos vitales. Nos dijo que todo estaba en completo orden, que solamente se había desmayado, podría haber sido por el calor o por falta de alimento. Yo opté por la primera. Jane no es tan mala para comer que digamos.

Estuve media hora sentada esperando a que despertara. Hasta que por fin tuve respuesta.

-_____...- dijo casi inaudible, pero yo claramente la podía escuchar.

-Jane- dije con sorpresa levantándome de mi asiento para coger su mano y poder estar a su lado.

Luego recordé que la enfermera me dijo que le tenía que dar unas pastillas cuando despertara -espérame un segundo- me ladeé un poco para encontrar las benditas pastillas. Esta no era, me dijo que era una caja azul y el nombre en blanco. Esperen, ¡la encontré!

-Jane, te tienes que tomar estas pastillas- le dije en un tono suave, se veía tan indefensa.

-Mhm...- me dijo asintiendo. Saqué la pequeña pastilla rosada de la caja y se la di. Como toda una mujer que era, me pidió que le diera una vaso con agua y que le sostuviera la mano. Odiaba las pastillas.

-Vamos Jane, no tenemos todo el día, uno... dos... ¡Tres!- por fin, Jane se trago la pastilla -¿Jane? Ehm... ¿Me puedes decir qué te pasó?- le dije nerviosa, temo a que le pase algo de nuevo.

-...-

"Dangerous love" (LiamPayne&____)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora